José Cepeda, miembro del Consejo de Europa

El senador socialista pide que el continente sea "un espacio de solidaridad, de justicia y equidad"

La delegación internacional que representará a las Cortes en el Consejo de Europa eligió ayer como miembro al senador socialista José Cepeda. Es la primera vez que un senador socialista madrileño formarán parte de la representación española.

El Consejo es una organización internacional que tiene como objetivo principal la defensa y protección de la democracia, el Estado de derecho y los derechos humanos. Se trata de la institución de este tipo más antigua de Europa y engloba a casi la totalidad de las naciones del continente. Su sede está en la ciudad de Estrasburgo y su órgano más activo es el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

El Consejo de Europa nace tras la Segunda Guerra Mundial aprobado en el Tratado de Londres, de 1949, con el objetivo de erigirse como guardián de los valores democráticos en el continente. Uno de sus máximos promotores fue el entonces primer ministro británico Winston Churchill. Hoy continúa desarrollando esa labor y se ha convertido en la máxima autoridad de Europa en esta materia.

España mantiene su compromiso con el Consejo de Europa, organismo cuyos fundamentos se basan en el imperio del derecho. Entre sus prioridades figura lograr una mayor efectividad del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y apoya el proceso de reforma de la organización emprendido por su secretario general, Thorbjørn Jagland.

Flujos migratorios

José Cepeda, vicepresidente de Exteriores del Senado, afirmó ayer: “En estos momentos, donde Europa necesita afrontar con sentido social los flujos migratorios y especialmente el problema con los refugiados de territorios cercanos en conflicto, es necesario remover su conciencia y restaurarse como el espacio global de solidaridad, de justicia social y equidad”.

“Es en este momento donde es muy importante recordar en Europa los valores que dieron lugar a su génesis. Hay millones de personas que buscan en Europa la protección que no tienen de su Estado; de hecho, es a menudo su propio Gobierno el que está amenazando con perseguirlos. Si otros países no les brindan la protección necesaria, y no les ayudan una vez dentro, entonces pueden estar condenándolos a muerte o a una vida insoportable en las sombras”, dijo.

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