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Barcelona no pasa por el aro de los grandes eventos

El Ayuntamiento quiere cambiar las reglas del juego y evitar el canon impuesto por algunas federaciones para organizar acontecimientos deportivos

Nadia Tronchoni
Marta Carranza, junto a Ada Colau, da la salida al Maratón de Barcelona.
Marta Carranza, junto a Ada Colau, da la salida al Maratón de Barcelona.Massimiliano Minocri

La política de Deportes del Ayuntamiento de Barcelona ha dado un giro copernicano desde la llegada al poder de Barcelona en Comú en mayo de 2015. Y no solo porque se aprobara reducir de cuatro a dos millones la aportación que se hace al Circuit, en Montmeló, pues (prometieron en campaña) había que invertir más en becas de comedor y menos en la fórmula 1, algo que, por otro lado, depende de Promoción Económica, explica la comisionada de Deportes, Marta Carranza. “Se trata de un movimiento estratégico para poner a Barcelona en el mundo, como se hace con el Mobile World Congress”, dice.

Lo suyo, con sus casi 25 millones de presupuesto anuales, es decidir si, después de perder —el anterior equipo de gobierno— la organización del Mundial de Atletismo de 2019 habría que aspirar al siguiente. O si le interesan competiciones del tipo Ryder Cup. Y ahí lo tiene claro. El no es rotundo. Carranza explica por qué: “Estos grandes eventos se han gestado desde el Comité Olímpico Internacional (COI), desde federaciones internacionales o asociaciones de deportistas. Un ejemplo es la Ryder Cup de 2022 a la que optaba España, un evento cuyos titulares son un grupo de exgolfistas, que ponen las normas: exigían al aspirante abonar 1,2 millones de euros al año durante los siete años precedentes y los cinco siguientes; además había que organizar una serie de torneos, además de la Ryder. 21 millones en total que tenían que asumir las administraciones catalanas: Generalitat, Diputació de Girona, Ayuntamiento de Girona y el de Barcelona, al que le correspondían 7,5 millones, que es lo que nos encontramos cuando llegamos al poder”. De hecho, abonaron 250.000 euros en enero para liquidar la aventura: la Ryder se celebrará en Roma.

“Estas reglas del juego no nos parecen correctas para una ciudad. Había otras candidaturas en las que los patrocinadores ponían el dinero”, añade Carranza. “Con el Mundial de Atletismo de 2019, que finalmente se celebrará en Doha, pasó algo parecido. Dijeron que costaría 50 millones; 27 los tendría que poner la Administración pública. Eso no es profesional”, explica Marta Clarí, gerente de l’Institut Barcelona Esports (IBE). “Si cambia el modelo, nos postularemos encantados para la siguiente convocatoria, en 2021. Pero ahora no es nuestra prioridad”, explica la comisionada.

¿Es posible cambiar las reglas del juego o eso dejará a Barcelona al margen de los grandes eventos deportivos mundiales? Lo que el IBE, Carranza y el equipo de gobierno liderado por la alcaldesa Ada Colau quieren es no pasar nunca más por el aro de “federaciones que exigen entre sus requisitos que el presidente de la misma tenga trato de jefe de estado o se hospede en la suite más cara de la ciudad, con la advertencia, además, de que tienen medios para comprobar que lo es”.

Y empiezan a comprobar que sí hay federaciones que trabajan de forma distinta. Como las de waterpolo o patinaje, con las que sí se están entendiendo. Barcelona será la sede del Europeo de Waterpolo en 2018 y de los World Roller Games de 2019 y en ningún caso abonará canon alguno. El Europeo cuesta entre 5 y 6 millones, el Ayuntamiento pondrá 3,9 y el canon (1,1) lo sacará la organización de los ingresos de taquilla, patrocinio o derechos de televisión.

Carranza: “No hay consenso para ser sede de los Juegos”

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, enterró la idea de presentar la candidatura para ser sede de los Juegos de Invierno del 2026 en la primera reunión del equipo de gobierno, en junio del año pasado. Los Juegos no son una prioridad, dijo. La ciudad apuesta por el deporte de base y por el carácter mediterráneo, argumentó. Pero la oposición forzó un pleno extraordinario sobre la candidatura que aprobó celebrar una Comisión, que se reunió el pasado viernes por primera vez y que preside el socialista Jaume Collboni, que aspira a pactar los presupuestos y un acuerdo de gobierno con Colau.

La comisionada de Deportes, Marta Carranza, defiende que un acontecimiento de esa magnitud exige de un consenso político ahora inexistente: “El que debe presentar la candidatura es el COE y ahora mismo con la política que se hace desde la Generalitat y con el proceso independentista es imposible pedir al COE que la presente”. Además, añade, “la gran inversión de estos Juegos es el tren a Puigcerdà y eso cuesta 775 millones que debe poner el Estado. Pinta muy difícil”.

“Así no asumimos más riesgos de los necesarios. El último Mundial de Natación, por ejemplo, supuso un déficit de un millón de euros. Si administras recursos públicos eso no tiene ningún sentido”, indica Carranza. “Queremos cambiar el concepto: el organizador debe ser corresponsable. Queremos pasar de ser la ciudad que promueve a la ciudad que acoge”, explica Clarí. Así serán también los Roller Games, con un presupuesto de 11 millones (el Ayuntamiento aporta 3,3). En 2019 serán por primera vez una competición con carácter de campeonato Mundial.

Uno de los requisitos que Deportes exige es que cuando se traiga eventos a Barcelona sean de los que la ciudadanía asume como suyos, como con los deportes de agua, los de motor o el patinaje. “Nos gustaría promover los deportes minoritarios, no queremos que el fútbol lo absorba todo. Y tenemos interés en generar producto propio, como el maratón. Se hacen en muchas ciudades, pero el de Barcelona está cogiendo un perfil propio”, dice Carranza.

Y aunque son lo más vistoso, los grandes eventos son solo para Carranza “la guinda del pastel”. Con 500.000 euros en 2015 y 1,6 este año en subvenciones a 8.000 familias para mejorar el acceso a la práctica deportiva fuera del horario escolar, se busca minimizar la fractura social por razones de género, raza o cuestiones económicas. La comisionada trabaja, también, en la redistribución de algunos acontecimientos deportivos ordinarios: “Hay celebraciones cada fin de semana, prácticamente morimos de éxito. Urge imponer un poco de racionalidad y sentido común, juntar algunas carreras populares, por ejemplo, como se ha hecho con la del Barça y la de Les Corts, porque hay zonas de la ciudad con una presión importante los domingos”, indica.

Otro de sus cometidos es mejorar la red de instalaciones deportivas municipales. E incluso dar vida a grandes construcciones como el Estadio Olímpico, que el Ayuntamiento ha alquilado para el Open Camp (una suerte de parque temático dedicado al deporte) durante los próximos cinco años por 30 millones. “Un proyecto privado y con vocación pública, que mantendrá vivo el estadio, lo dinamizará y estará abierto a la ciudadanía”, señalan en el IBE.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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