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El garaje robotizado municipal registra 90 averías en un año

Los vecinos hablan de "estafa" porque en muchas ocasiones no pueden usar el aparcamiento

Esther Sánchez

Los usuarios del único aparcamiento robotizado municipal, situado en la calle Alameda (distrito Centro), están desesperados. El mecanismo que sube y baja los vehículos al garaje tuvo el año pasado 90 averías. En enero y febrero, los vecinos han contabilizado ocho. La última mantuvo paralizado el sistema durante casi dos días: no se podía ni sacar ni aparcar los coches. El Ayuntamiento reconoce que la tecnología no funciona y afirma que ha retenido al grupo Ortiz, concesionario por 50 años de la instalación, la garantía de 169.344 euros.

Parking mecanizado en la calle Alameda en el barrio de las Letras.
Parking mecanizado en la calle Alameda en el barrio de las Letras.

“Bajas de casa temblando porque nunca sabes si va a funcionar. Me siento estafada”, describe Paula, propietaria de una de las 171 plazas del estacionamiento municipal robotizado de la calle Alameda (entre las calles Verónica y Gobernador). Abonó 25.000 euros por el usufructo de la plaza durante 50 años. El garaje empezó a funcionar hace unos cinco.

“El problema es que en este tipo de garajes inteligentes, que aparcan el coche solos, te quedas sin vehículo hasta que arreglan el mecanismo”, explica. Los vecinos se sienten “sobrepasados” por el volumen de incidencias. El año pasado, en 10 meses, se contabilizaron 90, nueve averías al mes. En enero y febrero de este año se han producido ocho fallos del sistema.

No todas las instalaciones robotizadas de almacenamiento de vehículos funcionan tan mal. SMS, empresa que se encarga del mantenimiento, comunicó a los vecinos que el 60 % de las incidencias que se producen en las 1.800 plazas privadas de este tipo de las que se encargan corresponden al aparcamiento de Alameda.

“Es desesperante, yo llegué el otro día después de las doce de la noche y otra vez estaba estropeado”, comenta Macarena. “No puedes hacer planes, siempre hay que tener una opción B”, añade Paula. Las instalaciones se presentaron a los vecinos como la solución ideal de estacionamiento en pleno centro de Madrid, a escasos metros del Paseo del Prado. Muchos de los edificios del barrio carecen de garaje y en la calle falta aparcamiento.

El Ayuntamiento optó por construir un garaje robotizado, que precisa menos espacio. Los usuarios acercan un chip a los dispositivos situados en el exterior de las dos cabinas. El sistema identifica el vehículo solicitado y lo traslada en una plataforma hasta la calle. En caso de querer estacionarlo, se introduce el coche en la cabina, y tras abandonarla el conductor, se cierra la puerta y el robot lo aparca en su cubículo.

“Perfecto, si funcionara”, dicen los propietarios, algo que no ha ocurrido ni cuando se estrenó. A principios de diciembre pasado, los afectados mantuvieron una reunión con los responsables municipales. Se llegó al acuerdo de que el 16 de diciembre el Ayuntamiento, el grupo Ortiz y la empresa SMS presentarían sus propuestas de mejora de la instalación. Dos meses y medio después, los vecinos continúan a la espera y pagando 32,63 euros por el mantenimiento del robot y otros 28 por otros gastos de conservación.

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Fuentes del Ayuntamiento reconocen que la tecnología no funciona. “Estamos reclamando continuamente a los concesionarios (Ortiz) que se arregle la situación”, añade el mismo portavoz. Además, la subdirección de aparcamientos ha mantenido dos reuniones con usuarios y la empresa. Ante las continuas averías, el Ayuntamiento ha retenido a Ortiz la garantía que depositó por 169.344 euros. Quedan por vender 40 plazas.

Tecnología sensible

La reunión de diciembre concluyó que la principal causa del fallo del robot es que el centrador, el dispositivo que sitúa el coche en la posición correcta, sufre mucho por el diseño del aparcamiento. El centrador trabaja constantemente y las averías son mayores. A esto se añade que el sistema, equipado con varios sensores, se encuentra a la intemperie y sufre por las inclemencias del tiempo y los desperfectos que provocan algunas personas.

Las incidencias causadas por un mal uso que hacen los propietarios de los coches suman el 20 % del total. “Hay que seguir unas instrucciones, y como la concesionaria alquila plazas también a hoteles, llegan personas que desconocen los pasos y, al ser tan sensible, el sistema se estropea”, explica uno de los propietarios.

El aparcamiento ya nació con problemas. El Ayuntamiento, gobernado entonces por Gallardón, otorgó la concesión administrativa al grupo Dico—investigado en la operación Púnica— en 2005. Tres años después la firma entró en concurso de acreedores. En diciembre de 2009, el Consistorio pasó la concesión a la segunda empresa mejor posicionada en la licitación pública, el grupo Ortiz.

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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