El infierno de Marcos Morau arde ahora en el Mercat
El coreógrafo vuelve con su ‘Vorònia’ del pasado Grec revisada
“La pieza está más madura tanto en la forma como en el contenido; texto y baile han sufrido modificaciones necesarias para adaptarse al escenario del Mercat, un espacio muy diferente del teatro Grec de Montjuïc, donde se estrenó Vorònia; creo que entre todos hemos logrado que ahora sea un espectáculo redondo”. Con este argumento, Marco Morau, (Onteniente, Valencia, 1982) nuestro coreógrafo más internacional y premiado, se presenta con su compañía La Veronal, desde mañana hasta el domingo, con su caudaloso e intelectual baile en el Mercat de Las Flors.
Vorònia es una hipnótica pieza de danza contemporánea, que reflexiona sobre la naturaleza del Mal y que explora conceptos como la moral humana y la religión a través de una interesante combinación de movimiento, texto e imagen. Cuando se estrenó en el anfiteatro de Montjuïc tuvo sus defensores y sus detractores. “En el Mercat la pieza gana en intimidad y se hace más próxima para al público, la hemos despojado de lo artificioso para dejar la esencia del trabajo. Cuando la estrenamos en el Teatre Grec estábamos muy condicionados por el espació. Aunque los árboles y la roca daban juego escenográfico, para mí no fueron aliados sino enemigos y además al tener que pensar en imágenes que impactaran desde lejos utilizamos elementos que ahora en el Mercat ya no salen, como los corderos y los perros”, explica Morau.
“Hemos representado Vorònia en Berlín, París, Londres y en diferentes ciudades europeas con lo que el baile se ha ido perfeccionando y ganando en fluidez”, continúa. “Me gusta ir descubriendo nuevos movimientos, nunca doy por finalizado el baile de mis obras, cuanto más investigó y más aprendo tengo más miedo y este miedo es el que me permite avanzar, pues hace que nunca me siesta satisfecho de lo que ideo”.
Para crear Verònia, Morau se inspiró en una cueva de más de 2.000 metros de profundidad situada en Georgia. Un magnífico paraje para convertirlo en el infierno.
Roberto Fratini y Pablo Gisbert, El Conde de Torrefiel, colaboradores habituales de La Veronal, firman la potente dramaturgia del espectáculo. “Hemos realizado algunos cambios en el texto para que resulte más fluido, y hemos acentuando la sensación de perplejidad frente al Mal, que late en el corazón de la obra”, afirma Fratini.
La actuación de La Veronal en el Mercat coincide con la de la Compañía Nacional de Danza (CND) en el Liceo, para quien Morau creó la coreografía Nippon-Koku y que pudimos ver en el Mercat en 2014. “Fue una experiencia muy interesante y enriquecedora, yo era muy joven y sentía mucha presión, acababa de ganar el Premio Nacional de Danza y el público esperaba mucho de mí y la compañía también, pero todo salió muy bien me siento satisfecho. Mañana muchos bailarines de la CND vendrán a ver Vorònia y yo también me escaparé al Liceo otro día”, explica.
Morau es el coreógrafo español más solicitado en el extranjero. Acaba de llegar de Nancy donde ha creado una obra sobre Buñuel para El Ballet de Lorraine.
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