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El Atlético se haría cargo del Centro Acuático y de los terrenos olímpicos

El club sale al rescate de la fallida instalación, que precisa de una inversión adicional de 50 millones para terminarse, y construiría 11 campos de fútbol en el antiguo anillo olímpico

El Centro Acuático (izquierda), a medio construir, junto al estadio de La Peineta, también en obras, en el distrito de San Blas.
El Centro Acuático (izquierda), a medio construir, junto al estadio de La Peineta, también en obras, en el distrito de San Blas.ÁLVARO GARCÍA

El Atlético de Madrid está dispuesto a hacerse cargo del Centro Acuático, una instalación que naufragó junto a los tres intentos fallidos por organizar los Juegos Olímpicos, y que ha costado 55 millones de euros al Ayuntamiento de Madrid pese a que sigue a medio construir. La fórmula para solucionar este embrollo será una concesión administrativa, para que el club (si logra la adjudicación, por la que difícilmente competirán otras sociedades) termine el edificio, al que le resta una inversión de 50 millones, según fuentes conocedoras de la operación. Allí podrá ubicar oficinas y una residencia para jugadores, y a su alrededor, en los terrenos reservados para los Juegos, construirá hasta 11 campos de fútbol junto a su nuevo estadio, La Peineta.

50 millones para acabar la obra

El Centro Acuático iba a albergar las pruebas de natación y saltos de los Juegos Olímpicos. Su presupuesto inicial fue de 137 millones de euros, pero en abril de 2011, cuando se decidió la “suspensión temporal de la obra” por “las circunstancias económicas”, ya se había elevado a 192,5 millones (41%). Los trabajos de construcción nunca se retomaron.

La obra fue asumida en 2006 por la empresa municipal Madrid Espacios y Congresos, que quebró en 2013, en parte por el endeudamiento derivado de este proyecto. El Ayuntamiento se quedó así con un conjunto de contratos en vigor que sumaban 181 millones.

Hasta la fecha se han invertido 55 millones en el Centro Acuático. Sin embargo, su valor de mercado asciende a 23,5 millones (19 millones por la estructura y 4,4 millones por el suelo), según una tasación municipal a la que tuvo acceso EL PAÍS. Para concluir la obra harán falta al menos otros 50 millones de inversión.

Pese a su relativo anonimato, el Centro Acuático es el mejor símbolo del fracaso olímpico y, sobre todo, de los excesos económicos del gobierno presidido por Alberto Ruiz-Gallardón (PP, 2003-2011).

La Caja Mágica, sede olímpica de tenis, se presupuestó en 140 millones y costó más de 300, pero al menos está terminada, aunque el Ayuntamiento no haya sido capaz aún de hallarle uso. El Centro Acuático arrastra un sobreprecio del 40% pero sigue a medias y abandonado, y se ha llevado además por delante una empresa municipal, Madrid Espacios y Congresos, que quebró en 2013 por estas y otras inversiones fallidas.

A una de ellas, el Centro de Convenciones de la Castellana, durante años probablemente el agujero más caro de España (83 millones de euros), la anterior alcaldesa, Ana Botella (PP, 2011-2015), le dio salida mediante una concesión por 75 años de la parcela. El Grupo Villar Mir construirá allí la quinta torre de la Castellana, pagará un canon anual de cuatro millones e invertirá 500 millones en total para levantar un rascacielos con un centro comercial a sus pies. Botella condicionó la concesión a que el uso del edificio fuera dotacional (educativo, sanitario, etcétera), y previsiblemente albergará una universidad privada.

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Quedaba así pues por solucionar un último elefante blanco (así denomina el Comité Olímpico Internacional de forma informal a las grandes instalaciones que quedan sin uso tras los Juegos; Madrid ha logrado tener varias sin ni siquiera organizarlos). Y el nuevo gobierno municipal, que preside desde junio Manuela Carmena (Ahora Madrid), pretende una fórmula similar, la concesión administrativa, para quitarse de encima el Centro Acuático. El problema es quién podría quedarse con un edificio sin terminar pero suficientemente construido como para ser de difícil reconversión (está preparado, por ejemplo, para saltos olímpicos). Como en las películas, las miradas mudas giraron hacia el Atlético, porque a pocos metros de distancia está levantando el estadio de La Peineta, que será su nuevo estadio en junio de 2017, merced también a una maniobra política-financiera auspiciada por Gallardón.

Alrededor de esos dos grandes edificios se extiende el ámbito urbanístico planeado para el anillo olímpico, y a poca distancia está el suelo reservado para la villa olímpica. Este último se reconvertirá en suelo residencial, pero el ámbito olímpico tiene uso fundamentalmente deportivo. Y el deseo de Carmena es que siga así. Para ello contará con la colaboración del Atlético, que, además de quedarse con el Centro Acuático y terminarlo, reconvertirá la zona en una gran ciudad deportiva.

El ámbito del anillo olímpico, entre las avenidas de Luis Aragonés y de Arcentales y la M-40, en el distrito de San Blas-Canillejas, tiene 1,23 millones de metros cuadrados. En 2014, enterrado ya el proyecto olímpico, Botella lo reordenó: 300.000 metros cuadrados de zonas verdes y 546.000 de equipamientos (entre ellos, La Peineta y el Centro Acuático).

Fue ella la que propuso al Atlético hacerse cargo del ámbito, pero Carmena está de acuerdo. El Centro Acuático (Gallardón lo llamó “la Ciudad del Agua”), de 120.000 metros cuadrados, tiene tres edificios: el Atlético dedicaría el de 40.000 metros cuadrados a sus socios, haciendo un gimnasio y otras instalaciones (en el hueco de las piscinas ya construidas se podría habilitar una sala de cine para ver los partidos).

Paso adelante con la Operación Calderón

Del Manzanares a La Peineta. El Atlético y el Ayuntamiento negocian para resolver a un tiempo el ámbito del estadio Vicente Calderón y la cervecera Mahou, junto al río Manzanares, y el anillo olímpico, con La Peineta y el Centro Acuático.

Recompra de derecho. El club ha recomprado los derechos urbanísticos del Calderón a Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), que sale de la operación. Como adelantó ayer EL PAÍS, ha acordado con el Ayuntamiento modificar el plan urbanístico, rebajando la edificabilidad y renunciando a los dos rascacielos gemelos previstos.

160 millones. El Atlético ha pedido un préstamo a Inbursa (de Carlos Slim, máximo accionista de FCC) de 160 millones, y terminará La Peineta con recursos propios. La constructora no obtendrá indemnización por la parte ya hecha de una obra de más de 200 millones.

El edificio central más pequeño (20.000 metros cuadrados) serviría para oficinas y residencia de jugadores infantiles, y el mayor iba a albergar los saltos olímpicos, que se convertiría en un pabellón deportivo multiusos para vecinos de Moratalaz y San Blas-Canillejas, como desea el Ayuntamiento.

Alrededor de La Peineta y el Centro Acuático se pueden levantar hasta 11 campos de fútbol; el Atlético quiere llegar a un acuerdo como el alcanzado por el Manchester City con la ciudad británica, para que el uso de algunos sea exclusivo del club, otros sean sólo para vecinos y, el resto, mixtos.

Concluir el Centro Acuático costaría 50 millones de euros, a cargo del club, aunque el problema fundamental sería encontrar la forma de que luego no se convirtiera en otra instalación infrautilizada como la Caja Mágica.

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