Moncloa, Fuencarral y Centro son los distritos más sucios

La alcaldesa de la capital, Manuela Carmena (Ahora Madrid), presentó ayer una batería de indicadores con los que quiere tomar el pulso a la ciudad y, sobre todo, a los servicios municipales (limpieza de las calles, frecuencias de los autobuses urbanos, tiempo que se tarda en obtener una licencia para abrir un negocio, etcétera). Estos son los datos, además, con los que la regidora aspira a que la oposición valore su trabajo, más allá de las críticas políticas. La serie de estos indicadores es muy corta en el tiempo, pero permite asegurar, en opinión del Ayuntamiento, que la situación de la limpieza viaria, por ejemplo, que hasta ahora era imposible de medir más allá de percepciones subjetivas, y quizá es el aspecto más crítico en la actualidad de la gestión municipal, está mejorando.

Según Carmena, estos indicadores “llevan a entender que hoy por hoy la situación ha mejorado razonablemente”. “No estamos contentos, la mejoría está lejos de lo que yo quisiera”, añadió.

 Sanciones a las empresas de limpieza. El contrato licitado en primavera de 2013 por Ana Botella (Partido Popular) estableció 68 indicadores (que no haya pintadas en las paredes, que las papeleras no rebosen, etcétera) para medir la calidad del servicio. En caso de no alcanzar el nivel óptimo, preveía descuentos en el pago mensual a las empresas concesionarias de hasta el 20% (aunque nunca ha llegado a tanto: en 2014, por ejemplo, se quedó en una media del 5,2%). A cambio, el Ayuntamiento dejó de exigir una plantilla mínima, lo que llevó a las concesionarias a recortar un 32% sus plantillas. Además, aprobaron un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que elevó el recorte a un 40%. En los últimos meses, la presión de Carmena ha llevado a las empresas a eliminar esos ERTE.

Desde la entrada en vigor del contrato, las concesionarias han dejado de ingresar 15,8 millones de euros por la falta de calidad del servicio (ese dinero no se ha reinvertido sin embargo en limpieza porque la normativa lo impide). Desde mayo de 2015 (cuando Carmena sustituyó a Botella), la cifra descontada a las empresas creció de forma sostenida hasta alcanzar un pico en septiembre (pasó de 716.000 a 1,2 millones al mes). Sufrió entonces un descenso abrupto que el Ayuntamiento atribuye a la eliminación de los ERTE y al mal tiempo (con menos gente en la calle, hay menos suciedad). En noviembre, había caído a 550.000 euros, aunque sufrió un ligero repunte en Navidades por la falta de personal y las fiestas (640.000 euros).

Por distritos, las mayores sanciones se registran en los lotes 5 (Puente y Villa de Vallecas, Moratalaz, y Vicálvaro) y 6 (Carabanchel, Usera y Villaverde), con 138.000 y 177.000 euros respectivamente en diciembre. Ambos los gestiona Fomento de Construcciones y Contratas. En el lote 4 (del que se encarga OHL y corresponde a Ciudad Lineal, Hortaleza, San Blas-Canillejas y Barajas), el descuento fue de 120.000 euros. Sacyr lleva los lotes 2 (Arganzuela, Retiro, Salamanca y Chamartín) y 3 (Fuencarral-El Pardo, Latina y Moncloa-Aravaca , excepto el barrio de Argüelles), donde los descuentos fueron de 64.000 y 98.000, respectivamente). Ferrovial gestiona el lote 1 (Centro, Tetuán y Chamberí, y el barrio de Argüelles), que el que menos sanciones recibió: 43.000 euros; es, además, el único que no se sumó al ERTE.

Intervenciones del servicio de recogida urgente (Selur). El Ayuntamiento sólo ha proporcionado la medición semanal desde el 1 de enero hasta el 11 de febrero. Considera que las actuaciones regladas están disminuyendo “por menor ensuciamiento”, aunque sus propios datos contradicen esa afirmación. En cuanto a las actuaciones por activación, han ido creciendo, lo que el Ayuntamiento atribuye al incremento de accidentes de tráfico (la Policía Municipal llama al SELUR para limpiar tras el siniestro), también por el mal tiempo. Este indicador es por ahora poco concluyente.

Avisos ciudadanos por falta de limpieza. La serie proporcionada por el Ayuntamiento también se limita del 1 de enero al 11 de febrero. De estos datos, el gobierno municipal concluye “una mejor situación de la limpieza” porque los avisos en ese sentido han bajado de 2.798 en la primera quincena de enero a 1.644 en las dos primeras semanas de febrero. Por lotes, el mayor número de avisos se produce en el 1, que incluye el centro turístico de la ciudad. En cuanto a las sugerencias y reclamaciones recibidas por el Ayuntamiento, tanto por suciedad como por las molestias que ocasiona el servicio, fluctúan alrededor del centenar a la semana sin que se pueda establecer una tendencia.

Sanciones a ciudadanos y empresas por ensuciar. En este caso no hay una serie sino un dato acumulado entre el 11 de enero y el 15 de febrero: 41 denuncias policiales por contenedores de escombros, 14 por reparto de propaganda, 10 por vertidos en la vía pública, cinco por miccionar en la vía pública y una por sacar papel de los contenedores. El Ayuntamiento asegura además que las incidencias de limpieza gestionadas por la Policía Municipal sí han sufrido “una notable disminución”, pero compara en un gráfico las dos últimas semanas de enero con la segunda semana de febrero. El Ayuntamiento también ha proporcionado el dato de toneladas de muebles y residuos de mercadillos recogidas, una serie que se restringe también a las seis primeras semanas del año y muestra un repunte en los últimos días de enseres recogidos.

Puntos negros. El Ayuntamiento ha elaborado un mapa de “puntos negros conflictivos” que “identifica los aspectos con más suciedad de una manera reiterada”. Los distritos más conflictivos en ese sentido son Moncloa-Aravaca (43 puntos negros), Fuencarral-El Pardo (30), Centro (28), Moratalaz (20) y Latina (19). Hay que tener en cuenta en cualquier caso que, tanto en población como en superficie, los 21 distritos de Madrid son enormemente dispares. En cualquier caso, aunque el promedio de gasto en limpieza viaria en toda la ciudad es de 48 euros por habitante al año, o de 3,5 euros por metro cuadrado al año, el contrato licitado por Botella incluye grandes diferencias por lote. Por ejemplo, entre Carabanchel, Usera y Villaverde (tres de los distritos con menos renta por habitante de la ciudad) y Arganzuela, Retiro, Salamanca y Chamartín (más boyantes económicamente), la brecha supera el 44%.