El ‘cajón’ de Sants avanza con la incógnita de Can Vies

Las obras comenzaron en octubre de 2014, finalizarán este verano y ya son bien visibles. De lejos, parece una mesa a medio poner: se aprecia perfectamente hasta dónde llegan los trabajos de urbanización de la cubierta de las vías de la estación de Renfe de Sants. Lo que popularmente se conoce como el cajón debe convertirse en un espacio de uso ciudadano.

Se trata de una enorme estructura de hormigón de 800 metros de largo por debajo de la cual circulan los trenes y donde los trabajos están muy avanzados entre la plaza de Torres Casanova hasta la Riera de Tena. Allí se ha construido una estructura que dará sombra, se han instalado bancos y maceteros y el esqueleto de una pérgola que se cubrirá con placas solares y alumbrado. Habrá también un chiringuito. En la cubierta hay parterres con árboles y arbustos.

Las obras de urbanización de la cubierta comenzaron cuando terminaron las de adecuación de las calles del lado montaña, en la calle de Antoni Campany. Cuando acaben, faltará la parte más compleja de resolver: el futuro de Can Vies. En la imagen se aprecia perfectamente cómo el edificio ocupa el espacio donde de acuerdo al proyecto inicial debería ubicarse la rampa de acceso al cajón desde el lado mar.

El Ayuntamiento está estudiando la posibilidad de compatibilizar el mantenimiento de Can Vies y la construcción de la pasarela. “Parece viable poder satisfacer las dos demandas”, explica el concejal del distrito de Sants, Jaume Asens, que argumenta que cualquier intervención debe tener en cuenta que el edificio okupado “no son solo cuatro paredes, es un referente cultural y político importante y con un fuerte componente intergeneracional”. Podría ser un equipamiento para jóvenes, apunta.

Con todo, Asens quiere que “la iniciativa sobre el futuro de Can Vies lo dirijan las entidades de la zona”. “Liderarlo nosotros, dificultaría el acuerdo”, mantiene el concejal, que explica que en breve se celebrará un encuentro vecinal sobre la cuestión en el que está previsto que participen miembros del colectivo del centro social okupado. Asens deja claro que no tiene prisa.