La autopsia revela que la muerte del niño de Girona no fue violenta
La policía había acudido al domicilio de la familia cinco días antes de descubrir el cuerpo
Los primeros resultados de la autopsia practicada este jueves al cadáver del niño de 7 años que estuvo un mes muerto en su casa, en Girona, no han presentado evidencias que indiquen que el pequeño fuera víctima de una muerte violenta. Estos datos llegan el mismo día que ha trascendido que los Mossos d'Esquadra habían acudido con anterioridad al descubrimiento del cuerpo al domicilio de la familia del menor, que convivió durante semanas con el cuerpo del difunto. Fue en Nochevieja y a raíz de una denuncia recibida en el consulado norteamericano que alertaba de que hacía mucho tiempo que no se sabía nada de ellos.
Este mediodía forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) de Girona han practicado la autopsia al pequeño y no han hallado ninguna evidencia de que hubiera muerto de forma violenta. No obstante, siguen pendientes los resultados de los análisis de las muestras de tóxicos, que se han mandado a un laboratorio para determinar las causas exactas de la muerte.
Esta mañana estaba presente en los juzgados de Girona y en el Instituto de Medicina Legal una delegación del consulado norteamericano que se ha interesado por el estado de la investigación y el de la pareja detenida, afincada en la capital gerundense desde hace dos años. Algún familiar o conocido de la familia se puso en contacto con el consulado para mostrar su preocupación, ya que hacía semanas que no sabían nada de la familia. Una patrulla se desplazó el pasado 31 de diciembre hasta el cuarto piso del número 3 de la calle Joan Roca Pinet, en el barrio de Sant Pau. Allí consiguieron hablar con el padre del niño, que les dijo que todo iba bien. Los Mossos entonces le instaron a ponerse en contacto con el consulado para que comunicara que no había ningún problema. Nada les hizo sospechar la tragedia que se escondía detrás de aquellas paredes.
Está previsto que la madre y el padre del pequeño, de 38 y 39 años respectivamente, pasen a disposición del juzgado de instrucción número 2 de Girona este viernes por la mañana. Los investigadores esperan que los resultados de la autopsia y la declaración ante el juez de la pareja aporte algo más de luz al caso. Algunas de las incógnitas que todavía faltan por desvelar son cuándo murió exactamente el pequeño, cuál fue la causa de la muerte y el por qué no comunicaron la defunción del pequeño. Algunos expertos creen que el hecho de guardar el cadáver descomponiéndose envuelto entre sábanas y mantas en una cama e hacer vida en torno a él, casi sin salir del domicilio, se podría deber a una alteración psicológica de la realidad. Por este motivo habrían podido pensar que el niño no estaba muerto. Esto explicaría, por ejemplo, por qué la familia insistía en decir que el pequeño estaba “dormido”.
A pesar de que por el momento no se descarta ninguna hipótesis, una de las que toma más fuerza es que el pequeño hubiera enfermado, empeorado y que, por lo motivos que fuera, los padres no le dieran el cuidado médico necesario y acabara muriendo. El comportamiento posterior de los padres, de no avisar de la muerte, no sería ningún delito si se puede comprobar que no tuvieron nada que ver con su muerte.
El titular del juzgado número 2 de Girona deberá decidir este viernes, tras escuchar a la fiscalía y a la pareja, si los padres ingresan en prisión o si, por el contrario, cree que no hay indicios de criminalidad en la muerte del pequeño y los deja en libertad. También deberá decidir si los otros dos hijos de la pareja, de 12 y 14 años, seguirán bajo la tutela de la Generalitat o volverán con sus padres.
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