Monstruos de plástico

Si usted, a pesar de las fechas invernales, va paseando por la playa y ve a un extraño ser como llegado del espacio exterior avanzando de forma aparatosa sobre la arena, compuesto por trozos de madera, cuerdas y tubos y botellas de plástico, no tema. No se trata de una invasión alienígena ni de un monstruo marino que esperaba su turno bajo las olas: lo más probable es que se trate de una de las inquietantes criaturas de Theo Jansen.

 Jansen (Scheveningen, Países Bajos, 1948) las llama Strandbeest, “bestias de playa”, inusuales animales que nacen en la playa, se mueven gracias a la fuerza motriz del viento, mutan en ocasiones y acaban por morir. Son esculturas cinéticas en las que se mezclan el arte y la ingeniería. Es un buen momento para conocer en persona a 13 especímenes a través de la exposición Theo Jansen. Asombrosas criaturas, que entra ahora en su recta final en el Espacio Fundación Telefónica (Fuencarral, 4, hasta el 17 de enero).

Lo curioso del asunto es que las bestias de Jansen también han sido objeto de algo así como una evolución biológica, que se puede apreciar en la misma muestra, entre las primeras criaturas, creadas en los años noventa, hasta las más modernas y evolucionadas. Duabus Cuadis es el nombre de la última criatura en la que está trabajando sobre las arenas holandesas; la primera se llamaba Animalis Vulgaris.

Las últimas, llamadas Cerebrum, tratan de incorporar algo de inteligencia artificial, ingenios que les permiten evitar ser inmovilizadas o derribadas y detectar la cercanía del agua. El artista trata de crear uno de estos bichos al año, los suelta por las costas, y luego los recupera a modo de fósiles. ¿Quién sabe? Tal vez estas criaturas peguen un día el salto milagroso y adquieran vida propia e incluso inteligencia, y se bajen a hacer un poco de shopping por la calle de Fuencarral.