_
_
_
_
Paté de campaña
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La fiesta no era aquí

El partido de Albert Rivera desplaza toda su fuerza a Madrid. Ni siquiera Arrimadas estuvo acompañando a los militantes en Barcelona

Daniel Verdú

A Ciudadanos le ha sobrado media campaña. Ciutadans quizá se la podía haber ahorrado entera. En Cataluña, el partido de Albert Rivera ha jugado al despiste sin poder disimular el entusiasmo por empezar a pisar moqueta en la capital. Y ayer, sobre todo antes de conocer los resultados, la fiesta en la que todos querían estar era la de Madrid. A ratos parecía que la irrelevante representación del hotel de Sants (unos 50 militantes y algunos miembros de la directiva) había perdido a los chinos los billetes del AVE con los que los otros ya empezaban a salir por televisión desde el salón de actos de un gran hotel junto al Santiago Bernabéu. Alguien tenía que quedarse.

Y gracias. Porque no estaba claro ni que C'S fuera a seguir la noche electoral desde Cataluña. Al final, el garito del partido se instaló en el hotel Barceló Sants, una protuberancia arquitectónica con referencias a la Odisea en el Espacio de Kubrick en sus salones y acoplada en la propia estación. Una espontánea metáfora de las ganas de pillar el tren a la capital que reina en el partido desde hace tiempo. Ni siquiera la jefa de la oposición en el Parlament de Cataluña corría por aquí. Algunos militantes se quejaban de ello amargamente. Pero Arrimadas también estaba en Madrid. En la Sexta, para más señas, comentando la jugada.

En el aburrido retén de Sants el partido dejó al bueno de Juan Carlos Girauta, por eso de que alguien tenía que quedarse y que él era el cabeza de lista de Barcelona. Aunque él ya había avisado de que eso no quiere decir que deba defender los intereses de Cataluña. Porque la única nación -sostiene- es España, y punto. Así que es fácil suponer en qué fiesta prefería estar también.

Mucho antes de al candidato, sacaron a pasear bocadillos y a algún militante (el espectro estético en C’S se desliza con desconcierto del piercing a las perlas). Pero Juan Carlos no iba a salir hasta que lo hiciese Albert en Madrid, insistía una encargada de prensa. Aparecían, eso sí, los resultados. Cada vez peores. Mal rollo. “El problema es que los últimos diez días no salimos apenas en 13TV. Nos llamaban fachas, pero nos daba votos”, analizaba a golpe de brocha gorda un militante. Y sale al fin Girauta y proclama que todo empezó en Barcelona. Aunque una palabra de los resultados obtenidos por él. A esa hora todos sabían ya que esta noche la fiesta no iba a ser aquí. Pero vistos los resultados, quizá tampoco en Madrid.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_