La fiesta estaba en otro lado
El cabeza de lista, Gabriel Rufián, se pone trascendente para anunciar que ERC ha triplicado sus resultados
Al poco de cerrar los colegios ya se dice que ERC ha sacado sus mejores resultados en unas generales. La noche acaba de empezar, y como de momento no hay nada que decir mandan para que diga unas palabras al secretario general adjunto Lluís Salvadó. La sala de prensa escucha su retahíla de tópicos. Deja de hablar, se va y todo sigue igual. El museo del Born, el antiguo mercado que iba a ser un sitio con libros y que se quedó en una bandera grotescamente enorme, es el lugar donde los republicanos han convocado a los suyos para seguir los resultados. Aún está vacío. Tardará el personal en llegar porque todavía no ha acabado su labor en los colegios electorales. En un lateral se ha habilitado discretamente el cuartel general del comité de campaña. Lo forman unas 15 personas sentadas en sillas blancas de plástico a lo largo de una interminable mesa color blanco Kubrick. También están los analistas de datos y otros invitados. Sobre la mesa, ordenadores portátiles y botellines de agua granulados. Moqueta roja. A un extremo, una tele encendida y TV3 mostrando datos en realidad virtual. Al otro extremo, hojas de lechuga con comida y pan tostado con embutido. La secretaria general Marta Rovira, el portavoz Sergi Sabrià, el juez Santi Vidal... Oriol Junqueras en mangas de camisa se ha colocado enfrente de Rufián y Tardà, que van los dos íntegramente de negro. Y si en Joan Tardà el negro tiene un existencialismo de vinilo usado, de escuchar mucho Raimon y Paco Ibáñez, en Gabriel Rufián lo negro es recto y brillante como de presentador de cuadro flamenco, como cuando Lauren Postigo se ponía trascendente. Se pondrá trascendente más tarde el cabeza de lista Rufián cuando salga a anunciar en castellano que ERC ha triplicado sus resultados y lo repita tres veces como en los cuentos de hadas. (Pero en realidad Rufián no existe, Rufián es un indepe que se cree Rufián). A En Comú Podem les felicita por su victoria y les dice: “Os estamos esperando”. Rostros alegres. Y la fiesta.., la fiesta hacía dos horas que empezó en otro lado sin esperar a nadie.
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