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Deudas, pronósticos y créditos para una campaña infinita

Los partidos catalanes afinan sus presupuestos electorales tras pasar por cuatro comicios en solo un año y medio

Daniel Verdú
Carteles de las últimas elecciones autonómicas en Cataluña.
Carteles de las últimas elecciones autonómicas en Cataluña. Albert García

Una campaña electoral puede llegar a salir por un ojo de la cara. Pero cuatro seguidas conducen a la ruina si no se acierta en la previsión de resultados. Cataluña ha pasado desde mayo de 2014, apenas un año y medio, por ese número de elecciones. Eso sin contar la consulta del 9-N y las otros dos comicios autonómicos que se celebraron en 2010 y en 2012. Un volumen de gasto difícil de gestionar para los partidos sin endeudarse excesivamente. Tras años acumulando morosidad -y haberse beneficiado de alguna condonación-, los bancos ya no quieren ni verles entrar en la oficina. Cada vez les cuesta más acceder al crédito.

Afinar el presupuesto para que se ajuste a los resultados y poder recibir la subvención correspondiente es fundamental. Pero en un panorama político tan cambiante en los últimos tiempos y cada vez más fragmentado, se hace más difícil acertar. Para añadir complicación a esta campaña infinita en la que anda sumida Cataluña, se cierne todavía la amenaza de unos nuevos comicios en marzo que deshagan en el entuerto en el que se encuentra ahora mismo el Parlament. Y todo eso cuesta dinero.

En total, los partidos catalanes deben actualmente 57 millones de euros, según el último informe del Tribunal de Cuentas, referido al ejercicio de 2013. Uno de los más saneados es ERC, que adeuda alrededor de 270.000 euros y se gastará 1,5 millones en la campaña. El que más obligaciones arrastra con los bancos es Unió, que debe hacer frente a créditos bancarios por valor de 17,2 millones de euros (y todavía le queda repartirse con su exsocio de coalición la deuda acumulada de CiU).

Unió ha pedido 800.000 euros, pero ninguna de las encuestas publicadas le otorga ni un diputado

Paradójicamente, el partido de Josep Antoni Duran i Lleida, que ya erró en sus cálculos en las anteriores elecciones (estimó una representación de 5 diputados en el Parlament y no obtuvo ninguno), es uno de los que más dinero invertirá en esta campaña: 800.000 euros. Toda esa cantidad procede de créditos y la mitad va destinada al mailing, asegura un portavoz de la formación. Más allá de ese dato y de que ninguna encuesta les otorga un solo diputado en el Congreso (ellos aseguran que tienen un estudio interno que les concede 3 asientos en el Congreso), el partido se niega a facilitar más información.

Unos 600 millones en deudas

Deuda estructural. Los partidos catalanes, como los del resto de España, arrastran deudas estructurales por un valor total de 57 millones, según el tribunal de cuentas.

El que más gasta. Democràcia i llibertat, con 2,1 millones de euros, es el partido que más dinero invertirá en esta campaña.

El que menos gasta. En Comú Podem será la formación más austera de la campaña: 200.000 euros. Además, lo hará sin recurrir a prestamos bancarios.

El partido más endeudado. La formación que más obligaciones con los bancos arrastra es Unió, con 17 millones de euros según el Tribunal de Cuentas. Además, ha pedido 800.000 euros a los bancos, pero las encuestas no le dan ningún diputado.

Los únicos partidos sin deuda estructural —en gran medida por su juventud— son Ciudadanos y En Comú Podem. La candidatura que aglutina a EUiA, Podemos, En Comú e IC, pese a ser la que tiene los mejores augurios para el 20-D en Cataluña, es también la que se gastará menos: alrededor de 200.000 euros. La procedencia de ese dinero son microcréditos de simpatizantes (esperan llegar a 75.000 euros) y recursos que aportan los partidos que la integran. “La campaña es extremadamente austera. No hacemos publicidad en el metro, no tenemos banderolas, hemos sido muy humildes en los actos, no hay publicidad en prensa…”, señala Marc Rius, portavoz de la formación.

En el caso de Ciudadanos, los buenos resultados obtenidos en los últimos comicios les han permitido devolver todos los créditos que se han solicitado. Para esta campaña, en Cataluña se han presupuestado unos 800.000 euros de los 4 millones de toda España. “Si tenemos un resultado de 35-40 diputados, recuperaríamos hasta 6 millones”, señala José Manuel Villegas, jefe de campaña del partido naranja.

Democràcia i Llibertat, el nombre bajo el que se presenta Convergència a las Elecciones Generales, es quien más gastará en estos comicios: alrededor de 2,1 millones de euros. Para devolverlos, necesita sacar como mínimo unos 10 diputados, pero creen que obtendrán mayor representación, deslizan en el partido. Esta formación es, en parte, la responsable de que Cataluña haya pasado por más elecciones que las demás comunidades autonómicas en los últimos tiempos. Pero no cree que eso pueda ser un problema. “Las elecciones municipales son las que más desajustes pueden ocasionar. Pero en las otras hemos ido estrictamente a subvención por resultado”, señalan.

Para no tener problemas, todos los partidos -menos Unió- han pedido créditos a la baja según el resultado que les otorgan todas las encuestas. 

El Banco Popular financia a la mayoría de partidos

La relación de los bancos con los partidos ha estado siempre bajo sospecha. Cada formación ha trazado en los últimos años vínculos (y algunas también muchas deudas) con distintas entidades. Sin embargo, la mayoría de esas fuentes de financiación han decidido cerrar el grifo. En el caso catalán, según ha podido saber EL PAÍS, y también en gran parte del mapa electoral español, una sola institución se ha quedado con todas esas operaciones para las campañas: el Banco Popular.

Los clientes de esta entidad son PSC, Democràcia i Llibertat, PP, Ciutadans y ERC. Solamente En Comú Podem, que no recurre a financiación bancaria, está fuera de la órbita del Popular en esta campaña. “En Cataluña casi nadie trabajaba con ellos. Siempre era La Caixa y el Banc de Sabadell. Pero si ya tienes créditos con ellos, la comisión de riesgo sube. Y el Popular no pone tantos condicionantes”, señalan en uno de estos partidos. Al final, como explican en otra formación, este banco “era el único dispuesto a darlo”. “Ahora mismo es muy difícil encontrar financiación”, añade otro.

En el Popular aseguran que la práctica no es nueva y que llevan financiando campañas desde hace décadas. De hecho, cuentan con un departamento especial y un sistema específico de análisis de riesgo. Un cálculo directamente relacionado con el éxito que vayan a tener los partidos el día de las elecciones para tener acceso a la subvención. La cantidad que pueden llegar a prestar en un periodo electoral como el presente ronda los 30 millones de euros.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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