Nacen los premios Boolino de libro infantil
Marta Cunill y Cristina Alfonso Ibáñez se imponen entre los 262 aspirantes de 15 países

Abuelas con superpoderes y cabañas extratemporales. Esos son los extraños protagonistas de las dos obras ganadoras del premio Boolino de literatura infantil y juvenil, que ayer celebró su primera edición en el novísimo edificio del Disseny Hub de Barcelona. Mi superabuela, de Marta Cunill, y Entre todas las estrellas, de Cristina Alfonso Ibáñez, se impusieron en las categorías de álbum ilustrado y narrativa infantil, destacando entre los 262 aspirantes de 15 países participantes. El premio era jugoso: 3.000 euros y ser publicado por sellos del grupo Penguin Random House.
A Cunill le sobrevino la idea para Mi superabuela al evocar sus veranos de infancia, cuando iba con su abuela a la piscina municipal y ésta se tiraba de cabeza desde el trampolín más alto. “Desde los ojos de una niña todo lo que hacen sus abuelos es fantástico”, revive su relato, dirigido a un público de entre 3 y 6 años. Entre todas las estrellas, recrea una conversación, en una cabaña perdida, entre niños de 13 años que inician la adolescencia. “Trata de la importancia de la comunicación con los padres, y del ser conscientes de las consecuencias de sus actos. Tiene elementos fantásticos, pero la magia no resuelve sus problemas”, resume la autora.
A la gala de entrega asistieron unas 300 personas, entre ellas, los representantes de más de 30 editoriales, contabilizó el fundador y director de Boolino, Sven Huber. “Nuestro objetivo con estos premios es dinamizar el sector de la literatura juvenil, muy competitivo, crear un sentido de comunidad y dar la oportunidad a los talentos nacionales de entrar en el mercado”. En el horizonte, ampliar las categorías.