El conflicto por los contratos fuerza el cese del jefe de la patronal gallega
Alvariño convoca elecciones para el 15 de enero y abandona la gestión de la organización
El presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia ha tirado la toalla. José Manuel Fernández Alvariño ha convocado elecciones para el próximo 15 de enero y ha decidido poner la gestión de la organización hasta ese día en manos de la junta de vicepresidentes, liderada por Antonio Fontenla, su antecesor en el puesto y uno de sus más duros opositores. El jefe de los empresarios gallegos, que accedió al cargo en julio de 2013 y no optará a la reelección, sucumbe así a la rebelión interna de los representantes de las principales patronales provinciales y sectoriales, que lo acusan de hundir las cuentas de la CEG a base de externalizar servicios incluso con sociedades de su propiedad.
El Comité Ejecutivo de la patronal gallega ha aprobado estas medidas en una reunión celebrada este martes en la que Alvariño, formalmente, no ha dimitido sino que ha dejado vacante su puesto. "Les he trasladado que no me voy a presentar a las elecciones, por tanto alguna gente ya quedará más tranquila", ha afirmado el presidente saliente de la CEG al término de la reunión, en la que ha expresado su deseo de abandonar para "facilitar la convivencia institucional necesaria para garantizar el futuro de la CEG”, según informa la confederación en un comunicado. El empresario vigués ha dado instrucciones al secretario general para que convoque a la junta de vicepresidentes con el fin de que sea este órgano el que se haga cargo de la “gestión de la confederación hasta la fecha prevista para la celebración de las elecciones”.
La elección de Alvariño al frente de los empresarios gallegos puso fin a 14 años de presidencia del constructor coruñés Antonio Fontenla, con el que siempre ha tenido fricciones. En estos algo más de dos años, el vigués ha ido perdiendo apoyos y no ha sido capaz siquiera de sacar adelante las cuentas de 2014 y los presupuestos de 2015. El origen del conflicto está en los contratos que ha repartido Alvariño entre diversas empresas para que realicen servicios que antes cubría la plantilla de la CEG y que, en el caso de dos seguros y el chófer y coche oficial, han recaído en compañías de su propiedad. El presidente alega que estas externalizaciones han ahorrado gastos a la patronal gallega mientras que sus críticos las consideran un despilfarro que compromete la ya delicada situación financiera de la organización.
La junta que pilotará la CEG hasta los comicios de enero está compuesta por los presidentes de las confederaciones provinciales pero al frente de la misma estará Fontenla por una cuestión de antigüedad. Los opositores a Alvariño habían recabado firmas suficientes para forzar una asamblea general el próximo viernes en la que se debatiese la revocación del presidente. Tres días antes de esa cita el empresario ha decidido sucumbir y la convocatoria ha sido suspendida.
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