Terrassa suspende la adjudicación a Serhs de los comedores escolares
La multinacional ganó el concurso por su oferta económica pero quedó penúltima en la valoración alimenticia y educativa
La adjudicación del servicio de comedor escolar de las escuelas públicas de Terrassa a la multinacional Serhs ha levantado una fuerte polémica en la ciudad, tanto entre los partidos de izquierda en la oposición, como entre otras aspirantes. Antes de su aprobación por el pleno municipal, en octubre, formaciones como Terrassa en Comú, ERC y la CUP habían criticado que el concurso lo ganara una empresa por su oferta económica, pero que había quedado penúltima en la valoración técnica, que es la que valora el tipo de alimentación y las actividades educativas. La Fundación Pere Tarrés, que quedó segunda, ve inviable la propuesta de Serhs y la ha impugnado. La adjudicación ha quedado suspendida temporalmente hasta que resuelva el tribunal concursal.
El concurso prevé ofrecer menús a unos 3.500 alumnos de 31 escuelas públicas de educación infantil y primaria. La adjudicación, con una duración de cuatro años, se licitó por un total de 14,7 millones, aunque es prorrogable dos años más, lo que eleva el importe a los 22 millones, sin IVA.
El pliego de condiciones valoraba casi por igual la oferta técnica y la económica. En la primea, Serhs queda en penúltimo lugar de nueve aspirantes, pero gana holgadamente en la segunda prometiendo 500 becas comedor (el resto de empresas ofrecían entre 75 y 215). Esto le da la máxima puntuación en esta parte: 21 de un total de 100 puntos. La mesa de contratación admite en su informe que, a primera vista, la oferta de Serhs “podría ser considerada desproporcionada o anormal”, pero seguidamente lo rechaza porque el pliego de condiciones no recoge el número de becas como “oferta temeraria”.
Serhs justificó que becar a 500 alumnos durante un curso (un total de 88.000 menús) les supone un coste de 145.000 euros sin IVA anuales, lo que se traduce en 1,64 euros por menú. La Fundación Pere Tarrés recalcula la cifra y, partiendo de 5,6 euros por menú (el que fija los pliegos) la eleva a medio millón. La Fundación ha decidido impugnar el concurso porque considera que la oferta de Serhs es “agresiva, desproporcionada e inviable económicamente”. “Si dejas de ingresar 500.000 euros no te queda margen y acabas teniendo más gasto de lo que ingresas”, justifica Álex Fernández, director de programas educativos de la fundación.
El pleno de Terrassa del 29 de octubre aprobó el contrato a Serhs Food Educa con los votos favorables del Gobierno municipal (PSC y CiU), mientras que Terrassa en Comú, ERC y CUP votaron en contra y Ciutadans se abstuvo. La oposición de izquierdas criticó que no se valorara más aspectos como el tipo de alimentación. “Nos estamos jugando qué comerán los niños los próximos cuatro años”, coincidieron. También destacan la “desproporción” de resultados de Serhs en las dos partes. Desde la CUP también criticaron el hecho de que la concesión fuera a una empresa salpicada por las sospechas de corrupción. La Oficina Antifraude determinó que el dueño de Serhs, Ramón Bagó, se benefició de un conflicto de intereses porque como directivo del Consorcio Social y de Salud de Cataluña (CSC) se había adjudicado el servicio de comedor en varios hospitales a empresas suyas.
Por su parte, el portavoz del Gobierno municipal, Alfredo Vega, aseguró que uno de los objetivos del contrato era “obtener el mejor servicio al mejor precio” y que “no se valoraba la calidad del servicio, sino las mejoras que se ofrecía. Y las becas eran una mejora”. Igualmente, Vega incidió en que “la calidad de la comida y la ratio de monitores está garantizada”. En un comunicado, Serhs defiende que nació como cooperativa, su perfil social y que está comprometida con los alimentos de proximidad y la calidad.
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