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Soul
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Soul con sabor clásico

Miles Sanko no tiene potencia para llegar con fuerza a los momentos de máxima entrega

Sólo dos defectillos. Uno es tonto por trivial, pues ser bajito en el show bussines, donde en ocasiones las tonterías como ser guapo o rubia mandan, puede tener su importancia. En el Jamboree, relativamente, la tuvo, ya que al estar lleno ver a Miles Sanko entre las cabezas de la entregada asistencia no era fácil. Pelillos a la mar. El segundo defectillo es que la voz de Miles no tiene potencia para llegar con fuerza a los momentos de máxima entrega de las canciones. Miles es un cantante competente que ajusta su registro al del soul clásico, y funciona bien en los registros más bajos, y con menos holgura cuando la voz ha de subir haciendo frontera con el grito. Otro detalle, menor si se quiere, para situar a este artista que en la noche del sábado ofreció en estupendo concierto pautado por una excelente relación calidad/precio. Por apenas 20 euros un concierto de soul con sabor a clásico.

Compareció Miles con su banda al completo, un sexteto en el que no se hubiera echado en falta una mejor sonorización de la guitarra, sólo presente de manera clara en los punteos y mucho menos cuando se trataba de rasgar acompañamientos, esos leves contrapuntos con regusto funk que cincelaban las canciones. Pero ya desde el inicio, marcado por High On You, quedó patente el rigor del grupo, su empaque y el equilibrio de sonido entre todos los instrumentos. No se trataba de una banda extraordinaria, pero sí de un grupo eficiente en el que escuchar los instrumentos no era una empresa heroica al estar bien equilibrados.

Y con el dominio de escena de Miles, tirando de recursos clásicos como loar la belleza de las damas, congraciarse con la afición al soul, hacer cantar al público haciendo coros y alargar de esta manera sus piezas más conocidas, la noche pasó entre sonrisas y caderas en cadencia de baile. Incluso se atrevió con versiones -un A Girl Like You ajeno al soul de Edwyn Collins, el Hard To Handle de Otis Redding y, muestra de valor casi suicida, un popurrí de Marvin Gaye iniciado con Mercy Mercy Me- para dar muestra de su mirada panorámica y de una forma de hacer que no olvida el pop. Fue un concierto clásico de sala, esos benditos calores y apreturas de local lleno con buena música en directo. No sabemos si Miles llenará en el futuro locales grandes, pero en el presente llena de buena música los pequeños. Y bien.

MYLES SANKO

MYLES SANKO

Jamboree

14 Noviembre 2015

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