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El juez obliga a devolver el ‘greco’ y el ‘goya’ de Muñoz Ramonet en un mes

Una nueva sentencia establece una multa de 2.000 euros semanales hasta que los cuadros vuelvan a Barcelona

José Ángel Montañés
Imagen captada de la Guardia Civil, cuando la obra de El Greco y de Goya que desaparecio de la casa de Julio Muñoz Ramonet, fueron recuperados en 2011.
Imagen captada de la Guardia Civil, cuando la obra de El Greco y de Goya que desaparecio de la casa de Julio Muñoz Ramonet, fueron recuperados en 2011.

Suma y sigue. El pleito entre las cuatro hijas del industrial Julio Muñoz Ramonet y el Ayuntamiento de Barcelona continúa en los juzgados con una nueva sentencia, como las anteriores, a favor de la ciudad. El pasado jueves el Juzgado de Primera Instancia número uno de Barcelona acabó con cualquier duda sobre a quién pertenecen dos de las obras más importantes del legado que Muñoz Ramonet dejó a los barceloneses cuando murió en 1991 y que todavía no se ha cumplido por la fuerte oposición de las hermanas. Según el juez, La Anunciación de El Greco y La aparición de la Virgen del Pilar de Francisco Goya, dos obras que han sido valoradas en siete millones de euros, han de estar en manos del Ayuntamiento en el plazo de un mes y, en todo caso, da un plazo de diez días para que se informe si los cuadros han cambiado de ubicación.

En el caso de que no sea así, el juez asegura que se entenderá que continúan en el lugar del depósito realizado por los agentes de la Guardia Civil en 2011, que no es otro que la vivienda de la fotógrafa Isabel Muñoz Villalonga, una de las hijas. Si pasado el plazo no se entregan estos cuadros, “podrá ejecutarse la entrada autorizada en la presente resolución por vía de auxilio judicial”. Además, la justicia establece multas coercitivas a Culturarte, la empresa de las hermanas, de 2.000 euros por semana hasta que los cuadros queden a disposición del juzgado.

Esta resolución se produce tras un primer auto de 24 de julio de 2014 en la que el juez obligaba a devolver los cuadros también en un mes, advirtiendo que en caso contrario podría pedir el auxilio de la fuerza pública. Pero no se ejecutó la devolución porque entre medias se cruzó otro pleito sobre quién era el verdadero dueño de estos dos cuadros: Las hermanas Muñoz VillalongaRamonet y su empresa Culturarte o Manuel Castelo, hijo de Jesus Castelo, el marido de Isabel Muñoz, que se los había dejado al morir en herencia. Un asunto que se acabó dirimiendo un juzgado de Alcobendas donde se había presentado una denuncia de Isabel Muñoz contra su ex marido por el robo del greco, el goya y alguna obra más que acabaron recuperadas en abril de 2011 dentro de la operación Creta.

Este último auto destaca “la contradictoria conducta de Culturarte en el proceso, en el que interesa un pronunciamiento de dominio respecto de los cuadros y al mismo tiempo aporta documentos en sentido contrario”. El juez destaca además, que se han mantenido hasta cinco tesis distintas: que las obras son de Culturarte; de Jesús Castelo por compraventa y luego por préstamo; de Manuel Castelo Muñoz su hijo como donatorio o como heredero. También precisa que la sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona de 2009 dejó claro que en vida de Muñoz Ramonet no salió “ningún cuadro de los palacios de Barcelona ni se aprobó ninguna venta”, por lo que estos dos cuadros forman parte del legado que pertenece por testamento a Barcelona.

El pleito por el magnifico legado artístico entre las hijas de Muñoz Ramonet y el Ayuntamiento comienza en 1995, cuatro años después de la muerte del industrial en Suiza. Fue entonces cuando el Ayuntamiento, tras publicarlo EL PAÍS se enteró de su herencia, ya que las hijas lo habían ocultado y lo había impugnado. El legado consistía en un palacete de la calle Muntaner y todo su contenido, en concreto más de mil obras de arte firmadas por grandes maestros de la pintura como Fortuny, Goya, El Greco, Sorolla, Rembrandt, Murillo, Zurbarán, Mengs, Monet, Berruguete, Carreño de Miranda, Corot, Delacroix, Renoir, Ribalta, Tiepolo, Tiziano, Zuloaga, y un largo etcétera.

Después de casi dos décadas de litigios el Ayuntamiento tomó posesión del palacete y al entrar descubrió lo que ya se imaginaba. En su interior habían desaparecido las grandes obras y solo quedaban otras de menor valor. Tras un inventario se determinó que habían desaparecido 853 objetos y obras de arte.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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