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LA PRECAMPAÑA PARA LAS ELECCIONES GENERALES

Duran Lleida repetirá como candidato en plena crisis de Unió

El democristiano recibe el aval unánime de los militantes para seguir al frente del partido

Camilo S. Baquero
Duran, en el congreso nacional de Unió
Duran, en el congreso nacional de UnióGIANLUCA BATTISTA.

Josep Antoni Duran Lleida ha liderado Unió Democràtica de Catalunya (UDC) desde 1987 y lo seguirá haciendo. El Consejo Nacional del partido le revalidó ayer su confianza después de que el líder democristiano pusiera su cargo a diposición tras los malos resultados del 27-S. Pero el apoyo no se quedó ahí. Duran presentó su nombre para ser la cara del cartel para las elecciones generales. Fue prácticamente designado candidato instantáneo por una militancia fiel que, sin fisuras, le mostró su apoyo incondicional con aplausos y algún grito. El partido intentó ayer dar una imagen de fortaleza casi un mes después de quedarse sin representación parlamentaria y enfrentarse a un goteo de bajas en la militancia.

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Unos 300 militantes se dieron cita en un hotel de L'Hospitalet de Llobregat para la reunión, que tenía como objetivo votar el informe del Comité de Gobierno. En el texto se evaluaban los resultados del 27-S: unos 100.000 votos y cero representación en la Cámara catalana. En la noche electoral, Duran compareció ante la prensa para anunciar que ponía su cargo a disposición del partido. Así, en la reunión de ayer también se discutiría si se revalidaba la confianza en el líder.

La partida del ‘número dos’ de Joana Ortega

Una de las salidas más dolorosas para Unió ha sido la de Marc Prat, exnúmero dos de Joana Ortega. El también alcalde de Ribes de Freser dijo que la decisión la tomó tras conocer a la propuesta de "formalizar un gobierno con fuerzas unionistas". En campaña, Ramon Espadaler hizo un llamamiento a formar un gobierno de concentración "catalanista".

De otro lado, Josep Antoni Duran también criticó los insultos a Espadaler en el Tribunal Superior, cuando fue a acompañar a Ortega: "No puede ser que este país siga tachando de 'botifler' a quien no sea independentista".

Sin embargo, antes de que este punto se discutiera y votara, Duran realizó una intervención en la que reveló lo que era un secreto a voces: que quería ser el candidato. “Sea cual sea vuestra respuesta, nada me impide el derecho a presentarme como candidato a las próximas elecciones”, aseguró en medio de los aplausos de una militancia que, sin fisuras, le dio el sí a la continuidad de Duran y lo ungió como su cabeza de cartel. Si bien será la asamblea del partido en la capital catalana la que finalmente dé el visto bueno a su candidatura se trata de un mero trámite. Nadie competirá con él, no hay alternativa.

Nunca como ahora se hizo tan patente que Unió es Duran. El democristiano defendió que ponía su nombre sobre la mesa apelando a “el deber y la obligación” que le corresponden y al “momento determinante” que vive el país. "Todavía puedo ser útil. Puedo y he de hacer un último servicio a Cataluña y Unió”, dijo siempre entre los aplausos de los asistentes.

Unió intentó ayer hacer un ejercicio de autoestima para conjurar la sombra de los malos resultados de septiembre e intentar frenar la crisis que arrastra desde la consulta interna sobre el independentismo, en junio. Los democristianos quedaron divididos en dos y finalizó con el matrimonio con Convergència.

“Unió tendrá representación en las Cortes y éste sea el primer paso para recuperarla en el Parlament”, prometió Duran. Si ya en las elecciones al Parlament la superviviencia del partido se veía comprometida esta es posiblemente su última carta. De ahí el interés de Duran en intentar levantar los ánimos de una tropa muy afectada. Desde UDC defienden que, tras el cisma, el partido ha ganado en coherencia y su discurso es más nítido. Sin embargo, la formación vive un goteo de bajas de militantes y cargos. El último, el alcalde de Platja d'Aro, Joan Giraut, que también había sido presidente de la diputación de Girona. Otros más llamativos como el de Vicenç Hontangas, ex presidente del partido en Manresa y que se fue a la CUP.

La deuda de Unió, según el Tribunal de Cuentas, es de 12 millones de euros

Tras las elecciones, por ejemplo, las dos regidoras de Unió en Sant Cugat rompieron el carnet y se pasaron a Convergència. El Punt Avui informó ayer que lo propio hacian tres ediles en Olot. El propio Ramon Espadaler, secretario general de UDC, siempre ha insistido que “también hay mucha gente que entra”, pero estos datos nunca han sido informados por el partido. Unió tiene unos 4.000 militantes.

A esto se suman las dificultades económicas del partido. La deuda de Unió, según el Tribunal de Cuentas, es de 12 millones de euros, a lo que hay que sumarle el préstamo electoral que solicitó para el 27-S. Espadaler anunció en su día que habría que “redimensionar cosas”, pero aún no se conocen los detalles. También está por verse si Josep Sánchez Llibre repetirá como director de campaña. Aún está reflexionando si se vuelve a presentar.

En la intervención de Duran ayer, la única a la que se le permitió el acceso a la prensa, no hubo ningún viraje en el discurso con respecto a la línea argumental de las elecciones autonómicas. Se mantuvo esa posición equidistante entre el Partido Popular y Junts pel Sí. El futuro candidato criticó tanto “la épica de los sentimientos” como “la obsesión con los juzgados”. Y achacó a “intereses electorales” el hecho de que Cataluña aún no tenga Gobierno. “Están esperando a que pase el 20 de diciembre”, acusó.

Desde Unió no renuncian a creer que su seny volverá a ser imprescindible cuando, dicen, se acabe la rauxa independentista “Nunca habrá negociación para romper el Estado, solamente para un nuevo reconocimiento de Cataluña. Pero da más votos no reconocer esto”, advirtió.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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