Ofensiva exterior de Mas para defender el éxito de su plebiscito

La negociación con la CUP para seguir como president no es lo único que ocupa a Artur Mas. El líder nacionalista intenta convencer a la opinión pública internacional de que el 27-S fue una victoria del independentismo pese a no haber llegado al 50% de los votos. Mas escribió este lunes en el rotativo británico The Guardian un artículo en el que —colocando a la marca catalana de Podemos en el bloque del “no sabe”, en lugar de en el del “no”— sostiene que la opción mayoritaria fue el sí a la secesión.

En su artículo, Mas no divide a los partidos que concurrieron a las elecciones del 27-S entre favorables y contrarios a la independencia, sino que implícitamente añade un tercer bloque, el del “no sabe”, en el que incluye a Catalunya sí que es Pot, la lista que integraba a Podemos y a ICV. Cuando de independentismo hace esta distinción divide el bloque del no a la hoja de ruta soberanista y concluye que el sí a la independencia (asumido por las listas Junts pel Sí y CUP, que sumaron el 47,7% de los votos) fue la opción más respaldada de las tres.

Mas se pregunta si el Gobierno “aceptará ahora la democrática decisión de los catalanes” o si “perseverará en su intransigencia”. A esta pregunta llega después de asegurar, ya en el primer párrafo, que el resultado de la votación fue que el sí a la independencia logró un 48% de los votos y el “no” un 39%. Con ello insiste en el argumento que el independentismo viene ofreciendo desde la misma noche de las elecciones: que Catalunya sí que es Pot y Unió Democrática no pueden enmarcarse ni en el sí ni en el no.

Esta interpretación contrasta con el argumento que tanto Mas como otros líderes de Junts pel Sí defendieron durante la campaña: que todos los votos que no fueran del “sí” serían contados como “no”. De hecho, Mas llegó a calificar de “aznaristas” algunos posicionamientos de dirigentes de Podemos. Ahora, en cambio, insiste en que hay tres bloques y no dos.

Este argumento, que Mas utiliza pero no desarrolla en su artículo en The Guardian, es el mismo que está ofreciendo la Generalitat a cuantos representantes internacionales se ponen en contacto con ella estos días. Fuentes de la Administración catalana explican que desde el 27-S varios representantes de embajadas han contactado con ellos para conocer su lectura de los resultados de las elecciones. “Parece que fuera de España ha calado más que aquí la idea de que el plebiscito se ha ganado”, aseguran.

Los gestos de Mas se producen en paralelo a las discretas negociaciones que CDC, ERC y la CUP mantienen abiertas para formar Gobierno. La CUP, de la que depende la investidura del presidente, reunió ayer su dirección sin que el encuentro acabase con una postura clara. ERC pidió a la izquierda alternativa que actúe con “sentido de país” para acelerar las negociaciones.

Mientras, los empresarios comienzan a inquietarse ante un escenario de inestabilidad. Este lunes, varias cámaras de comercio y patronales gerundenses pidieron que Mas repita. “Los electores le han dado su confianza. Los empresarios sabemos que los liderazgos son imprescindibles para los proyectos que tienen la máxima ambición”, dijeron en un comunicado