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Un estudio cuestiona el enfoque de los fastos del 1714 en la escuela

El trabajo de la UAB analiza 18 propuestas educativas y 340 textos de alumnos

Camilo S. Baquero

Hace más de nueve meses que acabaron los fastos de los 300 años de la conquista de Barcelona por parte de las tropas borbónicas. Una fecha cuyo simbolismo se ha visto magnificado por el momento político y que ha avivado la confrontación interpretativa entre historiadores. La escuela catalana no se ha quedado fuera de este debate. Las aulas han jugado un papel básico en el Tricentenario. “El aprendizaje de nuestra historia y la transmisión de valores colectivos” era la premisa de la Generalitat, que dirigió más de una treintena de actos en toda Cataluña, aparte de las actividades en cada uno de los centros.

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En la red telemática educativa de Cataluña aún se puede ver el banco de recursos multimedia y las propuestas pedagógicas elaboradas por el Departamento de Enseñanza. Algunos documentos están catalogados como visiones austriacistas y borbónicas del conflicto. También, para los más pequeños, se explica la vida cotidiana del Born del siglo XVIII.

Con todo este material, ¿Cómo se narró el 1714 a los estudiantes? ¿Desde qué punto de vista? Estas preguntas son las que intenta contestar un estudio del Grupo de Investigación en Didáctica de las Ciencias Sociales (GREDICS) de la Universidad Autónoma de Barcelona. Para ello revisó 18 propuestas educativas de centros públicos y privados de Barcelona y 340 textos elaborados por estudiantes de segundo y tercero de ESO.

“Nuestro análisis sugiere la existencia de una narración dominante”, concluyen los cuatro investigadores en un artículo de divulgación publicado en Perspectivas Escolares, revista editada por la Asociación de Maestros Rosa Sensat. Algunos de los autores no consideraron “oportuno” hablar de su estudio con este diario.

Una de las primeras reflexiones de GREDICS es que en los materiales analizados está implícito el discurso de una Cataluña única. “Narramos la historia de una Cataluña homogénea en la que no hay puntos de vista diferentes (…) ser catalán es dejarse matar por Carlos de Austria”, dice el texto. “Parece que expliquemos que aquellos que no daban apoyo a la opinión mayoritaria dejan de ser catalanes”, agregan.

Parece que expliquemos que aquellos que no daban apoyo a la opinión mayoritaria dejan de ser catalanes”, aseguran los autores

Uno de los problemas radica en que en las escuelas la historia se ha contado desde la versión de los poderosos, Felipe de Anjou, Carlos II, Carlos de Austria… Son los nombres que más aparecen en las redacciones hechas por los estudiantes junto a Cataluña, “una comunidad que actúa como si fuera una única persona”. “Los protagonistas de la historia del 1714 son los poderosos, una parte muy minoritaria de la sociedad del entonces y de la sociedad actual. Queremos que el alumnado aprenda historia y narramos una en la que las personas como ellos y ellas no son protagonistas”, sostienen los autores.

"Puede ser que si la narración que se explica en las escuelas describiera que en la Barcelona de 1714 vivían esclavos venidos de África, personas de etnia gitana que eran amenazados con ser expulsados, partidarios de los Borbones que eran tan catalanes como los partidarios de Carlos, y ancianos, pobres y mujeres seguramente sería más fácil que todo el alumnado pudiera identificarse con los catalanes y catalanas de esta historia”, explica el artículo.

El estudio sugiere que se tendría que “acabar con una narrativa en la que todos los catalanes son víctimas y en la que todos los no catalanes son los opresores”. En el material analizado, los autores hallan un subtexto que señala que “los catalanes tienen que desconfiar de todos aquello que no son catalanes”. EL relato oficial muestra a una Cataluña rodeada de enemigos y traidores: Felipe V, Castilla, Inglaterra, Carlos de Austria, los Países Bajos…

En las piezas estudiadas, finalizan los autores, en muchas ocasiones se relaciona el 1714 con el inicio del catalanismo cultural y político del siglo XIX. “Consideramos la nación catalana como inmutable en el tiempo y no como una comunidad imaginada”, critican. Una lente que también se usa para, por ejemplo, leer la Guerra Civil o el franquismo: “No consideramos que Franco declaró la guerra no solo a los “separatistas”, sino también a los rojos, masones, homosexuales y anarquistas”.

De este trabajo de crítica también surge una propuesta. GREDICS también hace recomendaciones pedagógicas respecto a la enseñanza: poner a los más pequeños en la piel de los diferentes actores y que expliquen cómo fue su vida. A los más grandes, invitarlos a deconstruir los relato y preguntarles sobre quién protagoniza esta historia. "La narración generalizada de 1714 nos lleva inevitablemente a 'la lucha para recuperar la libertad' que se va a perder la opresión. ¿Pero qué libertad?

¿Para hacer qué? La narración no nos lleva a discutir cuál es la sociedad que queremos para el futuro".

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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