Barcelona fijará “líneas rojas” para que no se repita la guerra de banderas

La guerra de banderas que protagonizaron los jefes de ERC y el PP en el Ayuntamiento de Barcelona el jueves pasado en el balcón durante la fiesta de la Mercè trae cola. Los grupos municipales han acordado hoy reunirse próximamente para consensuar mínimamente el uso que hacen de los espacios institucionales y evitar espectáculos como el de las banderas en el balcón o el del día que el concejal de la CUP Josep Garganté lanzó billetes falsos a los bancos de CiU. Garganté ha dejado claro que hará lo que le venga en gana.

Precisamente el ex alcalde y hoy presidente del grupo municipal de CiU, Xavier Trias, ha pedido este martes que durante el pleno del día 2 de octubre la alcaldesa, Ada Colau, responda a los "episodios de falta de decorum y muestras de un comportamiento impropio de concejales". Trias ha pedido a Colau "que haga de alcalde, cambie el chip de activista y ejerza la autoridad, que no tiene por qué ser autoritarismo". "Colau tiene un problema, y es que no quiere el desgaste de tomar decisiones".

Colau ha venido a decir que no le corresponde decidir lo que se puede hacer y lo que no: "Ya somos mayorcitos", ha afirmado. Pero ha emplazado al resto de grupos municipales a "acordar líneas rojas del uso de los espacios comunes", institucionales. "Se trata de que todo el mundo se sienta cómodo en espacios como el pleno o el balcón; de que manteniendo el principio de la libertad de expresión nadie se sienta violentado".

Desde el grupo de ERC, cuyo presidente Alfred Bosch, acabó pidiendo disculpas por exhibir una senyera estelada, el concejal Jordi Coronas, ha afirmado que la libertad de expresión "no se puede coartar, siempre que no se utilicen expresiones fascistas o se invada el espacio físico del resto de concejales".

El presidente del grupo municipal del PSC, Jaume Collboni, presentará una propuesta de declaración conjunta de todos los grupos en la que se "autoregulen" y comprometan a no tocar los símbolos compartidos "si no es por consenso" y para garantizar el respeto a los concejales en los plenos.

Por su parte, el concejal de la CUP Josep Garganté ha dejado claro que su grupo "no variará ni un milímetro" sus actuaciones y que el resto de grupos no les "encontrarán en ningún consenso que quiera imponer un orden burgués". "Hemos venido a traer la calle a las instituciones", ha zanjado.