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La Setmana del Llibre crecerá con país invitado y área profesional

La feria cierra su 33ª edición con, al menos, un 15% más de facturación

Carles Geli
Uno de los actos organizados por la Setmana el pasado sábado.
Uno de los actos organizados por la Setmana el pasado sábado.

Hace seis años, la Setmana del Llibre Català emigraba a Sant Cugat del Vallès con todas las dudas del mundo, reñidos con el Ayuntamiento de Barcelona y en su peor crisis de identidad; no hace ni tres, arrastraba un déficit inquietante. Ayer, cerraba en la Avenida de la Catedral de la capital catalana su 33 edición con más expositores (127) y casetas (59) que nunca y, al menos, con un 15% más de facturación en relación a los 240.000 euros del año pasado (los números definitivos se sabrán este jueves), convertida hoy quizá en el mayor y mejor escaparate de la edición en lengua catalana en el territorio. Tanto, que para el año que viene crecerá incorporando actividades del ámbito profesional del sector y la figura del país invitado, que podría estrenar Italia.

Una decena, entre editores y autores, de representantes de la literatura convidada, que podrán exponer sus producciones en una caseta específica y apoyados por estrategias conjuntas de traducción acordadas con el Institut Ramon Llull, enmarcarían esta iniciativa de expansión, que complementaría algunas jornadas profesionales entre los distintos actores del sector. “Ahora la Setmana ya es un punto de encuentro informal entre nosotros: se trataría de institucionalizarlo y darle contenidos”, apunta Montse Ayats, presidenta de la comisión organizadora.

Los planes de crecimiento se sustentan, por un lado, en los buenos resultados que se han detectado este año (“la media de compra ha subido a dos libros”, resume Ayats), pero también en el ambiente del propio sector, que ha acabado creyendo en la Setmana como eficaz plataforma de visibilidad y promoción de la edición en catalán, hasta el extremo de que ha afrancesado sus costumbres y ha avanzado algunas de sus novedades más potentes a finales de agosto y a principios de septiembre, para hacerlas coincidir con la feria. “Es evidente que el compromiso de los editores y del sector en general con la Setmana es hoy mayor que hace unos años”, cree la presidenta de un evento promovido desde la propia Associació d'Editors en Llengua Catalana (AELLC).

Montse Ayats dejará a finales de año la presidencia de la Setmana para ocupar la de la Asssociació d'Editors en Llengua Catalana 

Tampoco es ajeno al éxito la consolidación en los últimos tres años de la céntrica ubicación frente a la Catedral de Barcelona, estabilidad que era uno de los talones de Aquiles de la Setmana, que ha tenido una trayectoria trashumante por la ciudad que la llevó desde la estación de Sants a la Ciutadella, pasando por las Drassanes o la mismísima plaza de Catalunya, amén del despecho de la huida a Sant Cugat por diferencias con el Ayuntamiento. Ahora, la relación institucional con el consistorio se reforzará: el emplazamiento se mantendrá, al menos, otros tres años más, según el acuerdo alcanzado y se baraja, incluso, la posibilidad de firmar un convenio. “Eso nos daría una estabilidad de todo tipo que nos permitiría ser más ambiciosos”.

En cualquier caso, la Setmana (que ha recuperado a antiguos participantes como los editores valencianos, alguno balear y a los de las Terres del Ebre) no puede crecer mucho más en este escenario, como han sufrido ya este año dos casetas, que quedaron de espaldas al ágora. Unas instalaciones cuyo modelo de madera serán también cambiadas el año próximo por otras más amplias, de alquiler, y que tendrán un diseño que recordará al del cercano mercado de Santa Caterina.

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Los cambios afectarán, incluso, a la dirección de la propia Setmana: Ayats, editora de Eumo (sello que hasta febrero formaba parte del Grup 62), dejará a finales de año la jefatura de la comisión organizadora que ocupa desde 2013 para sustituir a Albert Pèlach, director general del Grup Enciclopèdia Catalana, en la presidencia de la AELLC. Su puesto podría recaer en uno de los hombres fuertes de la comisión delegada de la feria que Ayats creó a su llegada, Joan Sala, el editor de la cada vez menos pequeña pero siempre inquieta Comanegra. Un signo de los nuevos tiempos editoriales.

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Sobre la firma

Carles Geli
Es periodista de la sección de Cultura en Barcelona, especializado en el sector editorial. Coordina el suplemento ‘Quadern’ del diario. Es coautor de los libros ‘Las tres vidas de Destino’, ‘Mirador, la Catalunya impossible’ y ‘El mundo según Manuel Vázquez Montalbán’. Profesor de periodismo, trabajó en ‘Diari de Barcelona’ y ‘El Periódico’.

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