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Teatro hasta en las paredes

La Fira de Tàrrega potencia las artes visuales para ampliar el concepto escénico en la calle

Miembros de la compañía Dani Pannullo interviniendo en un pared de Tàrrega.
Miembros de la compañía Dani Pannullo interviniendo en un pared de Tàrrega.JAVIER MARTÍN

La mañana del sábado las paredes de Tàrrega amanecieron teñidas de murales a gran escala: fotografías de caras gigantes, salpicadas con trazos de pintura, siguen los pasos de los últimos asistentes de la Fira del Teatre, que concluye hoy tras cuatro días de espectáculos en las calles y salas de la ciudad. Los murales dan fe de la apuesta de esta edición por recoger e introducir las artes visuales en el programa de la feria, representadas aquí en su rama más callejera; los artistas de la compañía Dani Pannullo, con su iniciativa Urban Nation, llevan días forrando las paredes de la localidad, además de abrir el telón de los espectáculos de breakdance y vogue de los norteamericanos Ephrat Asherie y Ousmane Omari Wiles.

“En otras ediciones apostamos por el circo, las nuevas tecnologías, la danza o el teatro: 2015 era el año de las artes visuales", explicaba ayer el director artístico del festival, Jordi Duran. Esta tendencia se anunció desde el primer minuto con el frenético espectáculo inaugural de la compañía Insectotròpics, creación multiplataforma en el que dos pintores daban rienda suelta al pincel con una proyección psicodélica como telón de fondo. También la performance participativa de la compañía Abast Elàstic, A.U.R.A., la instalación El bosc de van der Graff de Xevi Bayona o la obra Crudo Ingente de Nacho Vilar Producciones son fichajes que responden a esta tendencia, la de “ampliar la percepción que se tiene de las artes escénicas de calle, que no se limitan al teatro”, como precisa el director.

En esta ocasión, las paredes exponen y amplifican una parte íntima de la ciudad. “Todas las imágenes son de vecinos de Tàrrega”, explicaba ayer Oriol Segon, el fotógrafo que hizo los retratos gigantes, mientras contribuía a forrar el último muro de la jornada. “En realidad son autorretratos; les dábamos un botón y ellos mismos hacían la foto, como un selfie de los de antes”, precisa. Segon y Quim Moya son los responsables de este “proyecto de intervención pública”, como ellos mismos lo denominan; sus referentes son mitos del street art como JR, el artista de identidad desconocida que forró una favela de Rio de Janeiro con los rostros de sus habitantes y decoró el muro de separación israelí con retratos de judíos y palestinos.

También de paredes que miran y escuchan iba una de las apuestas más singulares de esta edición, el tour sensorial de la “agencia turística” The Hole&Corner Travel Agency. La artista Margas Socia y su colaborador Kristofer Krarup dirigieron, alternativamente, sendas expediciones por algunas calles apartadas de Tàrrega, durante las cuales se invitaba a los asistentes a ampliar los límites de su percepción; un sórdido descampado había de verse como una oficina novísima, un desagüe como un orificio desde donde algo o alguien lo observaba todo, un muro de piedra como una oportunidad de susurrar mensajes a los muertos. La respuesta del público dependía, como suele pasar, de una cuestión de feeling: había quienes se cruzaban de brazos, escépticos, y quienes eran capaces de tocar una columna y sentir su campo electromagnético, dejándose llevar en esta suerte de viaje de Alicia tras caer por el hoyo.

Una propuesta ofrecía incluso un ‘tour sensorial’ por espacios y muros de la ciudad

Otro tipo de viaje es el que se pegan los tres veinteañeros de Wasted, adaptación dirigida por Iván Morales de un texto de la rapera y dramaturga británica Kate Tempest. En un ambiente opresivo, fumando cigarros en cadena y fulminando lata tras lata de cerveza, dos chicos y una chica desgranan las frustraciones de sus primeros pasos en la vida adulta, unidos por la fiesta, el MDMA y el recuerdo de un amigo común muerto diez años antes, dejándoles solos con sus respectivos futuros en un pueblo abandonado de la mano de Dios.

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