Espadaler se juega la supervivencia de Unió

El futuro de Unió Democràtica (UDC) es una de las grandes incógnitas que despejará el 27-S. El objetivo de la candidatura liderada por Ramon Espadaler es obtener al menos cinco escaños, el mínimo para tener grupo propio en el Parlament. Pero hay más interrogantes: ¿Cuál era el peso real del partido en la extinguida federación con Convergència? ¿Qué pasará si el pronóstico de las encuestas se cumple y se quedan sin representación? ¿Está ligado el futuro de su presidente, Josep Antoni Duran i Lleida, al resultado? ¿Quién es el votante de UDC? ¿Su apuesta constitucionalista seducirá a los nacionalistas espantados por la independencia?

Para obtener respuesta a estas preguntas quedan dos semanas y unos 300 actos políticos en toda Cataluña. Anoche, en el Macba, donde Espadaler y Duran dieron el pistoletazo de salida a la campaña, ya se podían adivinar algunos atisbos de respuesta. El demoledor pronóstico del CIS —un 1,5% de intención de voto y cero diputados—, sin embargo, no se veía reflejado en la cara de los 250 asistentes al acto. Los discursos de los primeros de la lista lo repitieron una y otra vez: lo que cuenta son las urnas.

Es la primera vez desde el 19 de septiembre de 1978, cuando Convergència y Unió sellaron su alianza, que los democristianos se presentan en solitario. Siempre se les atribuyó un 25% de representación en la lista conjunta de CiU. Según un sondeo de GESOP, de 2013, solo el 8% de los votantes de CiU se decían cercanos a UDC. El partido tiene unos 4.000 militantes.

Espadaler y Duran tendrán sus agendas propias y coincidirán en los eventos claves. La campaña, que costará 800.000 euros, va dirigida a un público objetivo claro: el votante tradicional de la extinta CiU, catalanista, conservador, pero que no es independentista. “El 28-S Artur Mas no gestionará el resultado, lo hará Esquerra. ¿Verdad que no os gusta Ada Colau en el Ayuntamiento? Pues para allá vamos”, aseguró Duran en su comparecencia.

Unió se enfrenta a la cita sin haber sanado las heridas del divorcio con CiU. La consulta sobre la posición del partido sobre el proceso soberanista dividió a la formación en dos. El sector crítico fue derrotado solo por 125 votos. De ahí que las llamadas a la unidad fueran ayer constantes.