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Los editores catalanes denuncian la caída de un 40% de las ayudas

La Setmana del Llibre en Català se queda en la avenida Catedral

Blanca Cia
Llegiu llibres en Català, un cartel de 1970 que ha sido recuperado para la Setmana de esta edición.
Llegiu llibres en Català, un cartel de 1970 que ha sido recuperado para la Setmana de esta edición.

Los editores catalanes han aprovechado el arranque de la 33ª Setmana del Llibre en Català —desde el viernes hasta el 13 de setiembre—para denunciar lo que consideran un contrasentido: que la edición de libros sea la primera industria cultural del país y que en los últimos cuatro años haya visto disminuir un 40% las ayudas económicas a un sector que se ha visto diezmado a consecuencia de la crisis. “Y eso que el del libro es el segmento de la cultura menos subvencionado por la Generalitat”, ha comentado Albert Pèlach, presidente de la Associació d'Editors en Llengua Catalana. Setrata, además, de cifras pírricas porque en 2014, según los editores asociados, las ayudas de la Generalitat representaron el 1,3% de la facturación del sector, que ese año fue de 454 millones de euros. Es decir, algo menos de seis millones de euros. Si las ayudas directas se ven insuficientes, se critica también la estrechez de la política cultural en elementos tan básicos como la ampliación de los fondos de las bibliotecas que son uno de los puntales en un país en el que el 35% de la población no lee un libro nunca y un 5% lo hace por obligación; o porque tiene que estudiar o por trabajo.

“Todo parece indicar que la caída del mercado del libro en catalán mantenida desde 2009 a 2013 —con un acumulado de un 25%— se ha parado porque el año pasado repuntó un 2,9%”, añadía Pèlach remitiéndose a las cifras que arroja el estudio Comercio Interior del Libro en España 2014 que anualmente publica la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE). Un incremento de ventas por el libro de texto, que en el mercado catalán representa el 45%, provocado por los cambios de los planes educativos que han forzado la renovación del material de estudio escolar. Por el contrario, en el resto de categorías —literatura, también la infantil y la juvenil, y la no ficción— bajó un 1,3% de media en relación a 2013. “No está tan mal, teniendo en cuenta que venimos de años en que las bajadas eran de dos dígitos”, ha comentado el presidente de la asociación. Con todo, cree que la salud del libro en catalán sigue en un estado parecido al del año pasado y pese a que la semana de Sant Jordi fue buena, la venta desde abril se parece a la del año pasado. “Podemos decir que hemos tocado fondo y que empieza la recuperación”, subrayó. Algunos indicadores así lo corroboran, como el número de títulos nuevos publicados en catalán en 2014 que se situó en 10.000— en 2013 fueron 10.157— aunque con tiradas menores, que bajan un 4%. “La tendencia se ha afianzado, se prefiere pecar de corto y luego publicar más a que haya ejemplares sin salida”, en palabras de Pèlach.

Las ventas del libro en catalán se concentran en las librerías, representan un 54%, seguidas por las ventas a instituciones, 30%, la venta directa (7%) y las ventas en hipermercados y quioscos se quedan en un 4%. Este último dato contrasta con el resto de España donde el porcentaje llega al 13%. Los editores catalanes creen que la piratería es el fenómeno que explica que las ventas digitales sean solo del 5%, muy lejos de las cifras de otros países europeos , como Alemania que llega a un 15%.

La Setmana del Llibre arranca con la tranquilidad que les ha supuesto la confirmación, por parte de la delegada de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Berta Sureda, de que la avenida de la Catedral seguirá siendo su ubicación en los próximos años. La inquietud respecto al futuro se disparó el pasado mes de julio cuando el tercer teniente de alcalde, Jaume Asens, dijo que era algo que "estaba en el aire". Para los organizadores de la Setmana el emplazamiento en la explanada de la catedral es vital por la visibilidad que tiene, por la incerteza que supone cambiar de ubicación- la Setmana ha estado en plaza de Catalunya y en San Cugat- y porque tienen espacio para crecer. Como ha ocurrido este año en el que los editores y libreros catalanes ocuparán 127 expositores, un 21% más que en 2014. Porque más visibilidad y centralidad puede representar más volumen de negocio, el año pasado fue de 240.000 euros. Para este año esperan crecer en público y en facturación. "Pero tenemos que reconocer que tenemos una asignatura pendiente, que es el público joven porque la media de la edad de los visitantes de la muestra oscila entre los 40 y los 60 años", apuntaba Montse Ayats, presidenta de la comisión organizadora de la Setmana.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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