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El visón americano llega a las puertas de de la capital

Un millar de ejemplares fueron "liberados" hace siete años en la sierra madrileña

Esther Sánchez
Visón americano en el humedal del Valchico, en Pozuelo de Alarcón.
Visón americano en el humedal del Valchico, en Pozuelo de Alarcón.

Una de las especies exóticas invasoras más dañinas de Europa, el visón americano, se encuentra cada vez más cerca de la capital. Se han detectado ya ejemplares a un kilómetro de la Casa de Campo, en el humedal que forman los arroyos Valchico-Meaques, entre los términos de Madrid y de Pozuelo de Alarcón. La Comunidad de Madrid carece de datos sobre la cantidad de ejemplares que existen y tampoco ha desarrollado ningún plan para su erradicación.

Algo extraño ocurría en el humedal Valchico-Meaques la primavera pasada. Escaseaban los patos y se empezaron a detectar cangrejos de río devorados. La solución era sencilla, el visón americano había alcanzado el lugar, probablemente desde el Parque Regional del Curso Medio del Guadarrama. “Y de aquí irá directo a la Casa de Campo, siguiendo el curso del arroyo Meaques, como hacen otros animales”, vaticina Juan Antonio Esteban, de la Plataforma de Vecinos Arroyo Meaques-Retamares, que detectó la presencia de la especie. El Ayuntamiento de Madrid asegura que, de momento, no se ha encontrado ningún ejemplar dentro de la Casa de Campo.

Paso a paso, y sin encontrar ninguna cortapisa, el visón americano ha colonizado todas las cuencas de los ríos madrileños (Tajo, Tajuña, Jarama, Henares y Manzanares). También se encuentra en el Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama. “No se ha realizado nunca ninguna estimación de cuántos ejemplares puede haber, pero seguro que son miles”, explica Francisco José García, experto en carnívoros y miembro de la SECEM (Sociedad Española para la Conservación de los Mamíferos).

En su opinión, se ha perdido un tiempo precioso durante décadas. “Es el ejemplo perfecto de una especie exótica que no se ataja desde el principio”, comenta. El visón americano puebla ya 12 comunidades autónomas: Galicia, Cantabria, País Vasco, Navarra, Aragón, Cataluña, La Rioja, Castilla y León, Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura y Valencia, y en expansión continua.

Oriundo de Norteamérica, se empezó a criar en granjas peleteras de Segovia y en Pontevedra en 1958. En la actualidad, el 80% de las explotaciones que quedan se encuentran en Galicia, según datos ministeriales de 2013. A partir de ese momento, se empezaron a producir fugas de animales debido a medidas de seguridad insuficientes o a accidentes. Hasta que llegaron las sueltas provocadas por grupos que se denominan amantes de los animales y que provocan verdaderas catástrofes naturales.

“De repente, se deja libres a miles de animales en un medio que no está preparado”, explica García. Muchos mueren y los que sobreviven tienen que compartir espacio y comida. “Es como si repartieras un plato de paella para una persona entre 700”, describe.

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Es lo que ocurrió en Madrid, en una explotación de visones situada en Santa María de la Alameda en marzo de 2008. Unos desconocidos abrieron las jaulas y soltaron a alrededor de 1.000 ejemplares, muchos de ellos hembras preñadas. Aunque se recuperó la mitad, el daño al medio estaba hecho.

Laura Moreno, especialista de WWF, denuncia que en España solo se ha prohibido la instalación de estas granjas en las provincias del área de distribución del visón europeo, catalogado en peligro crítico. “Es menos del 10% del territorio donde se distribuye”.

Allí donde aterriza, la especie compite con la fauna autóctona como la nutria, el turón, la garduña o la jineta e, incluso, con cazadores y pescadores. Mariano González, director general de Medio Ambiente del Gobierno regional, describe cómo los visones son los responsables de la desaparición de truchas de los cotos de pesca madrileños.

Como buen depredador oportunista, come casi de todo: insectos, crustáceos, moluscos, peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos. Incluso frutos y carroña. En la región madrileña puede atacar a especies protegidas como el galápago europeo y el leproso. Los miembros de la Plataforma arroyo Meaques-Retamares ya han comprobado cómo ha desplazado del humedal del Valchico al ánade real, al carro canelo, al pato colorado o al porrón moñudo.

Existe un plan nacional para la erradicación de la especie, en el que se indica que todas las comunidades autónomas deberían realizar unos mapas para conocer dónde se encuentra, estimar sus poblaciones y el riesgo que puede suponer. “Pero no se cumple”, puntualiza García. Tampoco en Madrid, donde sí se llevan a cabo, en cambio, batidas contra otras especies como el mapache. En ellas cae, de vez en cuando, algún visón.

De la granja al campo

La explotación de granjas peleteras en España empezó en Segovia y Pontevedra en 1958.

Fuerte descenso. En 1992 había en España 214 granjas, ahora solo existen 36.

Proliferación. Se debe a fugas accidentales y a liberaciones masivas provocadas por animalistas.

En Madrid la especie se encuentra en la práctica totalidad de los ríos.

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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