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LUIS IZAGA| PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE BLUSAS Y NESKAK

“Las feministas fueron a buscar la guerra vulnerando la ley”

Critica que el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran podría haberle llamado para conocer su versión de los hechos

ASIER VERA

Finalizadas las fiestas de Vitoria, la ciudad ha retomado la calma, si bien aún sigue coleando la polémica entre los colectivos feministas y la Comisión de Blusas y Neskak tras la protesta que una veintena de mujeres hicieron en el paseíllo de vuelta del pasado 8 de agosto. Todo ello en un contexto en el que se contabilizan seis detenidos en los últimos días por agredir físicamente a mujeres, el último esta pasada madrugada por pegar un bofetón a su pareja y meterla al coche por la fuerza en un centro comercial de Zaramaga.

Fue precisamente una agresión verbal de seis blusas de Jatorrak a una mujer y la posterior protesta de los colectivos feministas contra esta cuadrilla interrumpiendo el paseíllo lo que desató un enfrentamiento entre ambas partes, que el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, pretende apaciguar a partir de septiembre mediante la creación de un grupo de trabajo que “medie en la manera de lo posible”. Sin embargo, el presidente de la Comisión de Blusas y Neskak, Luis Izaga, en declaraciones a El País, critica que Urtaran se haya salido de la polémica “a la gallega” sin posicionarse claramente.

Así, cree que, al menos, el primer edil le podría haber llamado para conocer su versión de los hechos y, luego, “si tiene que sancionarnos que nos sancione”, refiriéndose así a la petición que hizo el lunes la portavoz de los movimientos feministas y LGTB, Alitxu Martínez del Campo, para que Urtaran “retire cualquier apoyo económico a colectivos que apoyen a agresores dentro de sus filas y a aquellos que no admitan a mujeres en su interior”. Con independencia de lo que decida el alcalde, Izaga se ha mostrado especialmente duro con las feministas que protagonizaron la protesta a quienes ha acusado de “buscar la guerra vulnerando la Ley” al tapar su rostro con pañuelos para evitar ser identificadas. “Iban con palos de escoba y actuaron con nocturnidad, alevosía y premeditación y no quiero saber qué intención llevaban, pero buscaron el altercado, aunque no lo encontraron de lo cual me alegro”.

No es una agresión sino una ofensa"

El presidente de la Comisión de Blusas y Neskak afirma que los colectivos feministas podrían haberse expresado en todo su derecho con pancartas, pero, a su juicio, fue un “grave error” invadir el espacio de los blusas, algo que considera que hicieron para buscar una mayor atención mediática. “¿Dónde están las manifestaciones de este colectivo por las agresiones físicas graves que se han producido contra mujeres durante las fiestas”, se ha preguntado, al tiempo que estima que a diferencia de lo que hicieron con la agresión verbal por parte de los blusas, las feministas “no le han prestado la mínima importancia” a los hombres arrestados por maltratar a sus parejas. 

Respecto a lo ocurrido con los seis blusas que hicieron comentarios denigrantes a una mujer sobre sus pechos y el color pálido de su piel, Izaga considera que “no es una agresión, sino una ofensa”, teniendo en cuenta que, en su opinión, lo que le dijeron “no tendría ningún carácter penal”. “Este tipo de insultos se trata de groserías y de mala educación y así lo hemos considerado todos, incluso los maleducados de los seis blusas que lo hicieron, entre los que se encuentran padres de familia”, insiste. No obstante, el presidente de la Comisión de Blusas y Neskak incide en que ni se ha tomado, ni se va a adoptar ninguna medida contra Jatorrak, pese a que admite que en un primer momento, él planteó un día después de los hechos retirar la subvención económica a esta cuadrilla conformada únicamente por hombres, algo a lo que, según dice, se opuso el resto de cuadrillas, que abogaron por “recapacitar y analizar lo ocurrido”.

Asumo la responsabilidad de romper el protocolo"

Pese a ello, ha anunciado que en la reunión que la Comisión mantendrá el próximo 7 de septiembre se analizará si se debe adoptar alguna medida contra Jatorrak, más allá de continuar exigiendo a esta cuadrilla, “tal como lo llevo haciendo durante mis dos años de presidencia”, que admita a mujeres y amplíe el cupo actual de 120 personas en el que se escudan para justificar la nula presencia de chicas. Así, asegura que ellos “tienen que progresar como hemos hecho el resto y habrá que exigírselo, porque no se van a arrepentir nunca de admitir a mujeres”. De momento, considera que lo que se ha hecho es “más que suficiente”, después de que el 6 de agosto se llamara “a capítulo” a los seis blusas que insultaron a la mujer a quienes “se les cayó la cara de vergüenza”, después de que ésta les abroncara por su actitud. “Desde la Comisión hicimos exactamente lo mismo recriminándoles por su acto de grosería, mala educación y gamberrismo, por lo que creo que estos blusas pasaron el peor día 6 de agosto y las peores fiestas de toda su vida”.

Por otra parte, Izaga ha asumido “sin ningún problema” toda la responsabilidad de romper el protocolo contra las agresiones sexuales y sexistas firmado con los movimientos feministas, las txosnas y los tasqueros, debido a que se siente “utilizado y agredido” por las feministas, quienes, a su juicio, le han tomado el pelo. De este modo, se refiere al hecho de que la protesta en el paseíllo de vuelta estaba planificada con antelación al 5 de agosto, día en el que se produjo la agresión verbal de los blusas. Tras enterarse de que este acto fue premeditado “con alevosía y nocturnidad por las adalides del feminismo vasco para buscar pelea y herir al colectivo de blusas y neskak”, decidió en la noche del 8 de agosto salirse del protocolo. Precisamente, esa misma noche mantuvo una conversación telefónica con Alitxu Martínez del Campo, a quien reconoce llegó a tachar de “sinvergüenza y traidora. Según relata, tras la protesta de las feministas, convocó a la Comisión de Blusas y Neskak para debatir lo ocurrido y llamó a la portavoz de los movimientos feministas para que le explicara lo ocurrido.

Sanción

Sin embargo, según Izaga, ella afirmó que no sabía nada en absoluto y que cuando se enterase le volvería a llamar, tal como hizo a las 3 de la madrugada cuando aún continuaba la reunión. En esa conversación, según señala, ella le dijo que estaba totalmente de acuerdo con lo que había sucedido, lo que provocó el enfado de Izaga, que admite que se “subió a las paredes y le pude decir mil cosas, porque es una manipuladora que sabía perfectamente lo que iba a ocurrir el 8 de agosto”. “Tras finalizar la conversación, recibí un aplauso de todas las cuadrillas y es cierto que pude perder el sitio, porque mi nivel de calentamiento era altísimo, pero creo que si alguien ha perdido el sitio en todo esto es el colectivo feminista”, recalca. Ante esta situación, asume que será “complicadísimo” retomar cualquier tipo de relación con los movimientos feministas, tal como pretende el alcalde de Vitoria, ya que “no me puedo fiar de esta gente”. 

Preguntado sobre si la Comisión va a exigir a Jatorrak que expulse a los seis blusas implicados, ha explicado que este organismo no puede adoptar esta decisión, sino que es una “potestad” de Jatorrak . Por el contrario, ha anunciado que en la reunión del 7 de septiembre, sí que se pondrá encima de la mesa la posibilidad de imponer una sanción económica a la cuadrilla Txirrita, que fue la única que no respaldó la decisión de hacer una Kalejira de protesta en el paseíllo de ida del 9 de agosto y, además, en el de vuelta hizo un acto de contraprotesta en el que participaron varias integrantes de movimientos feministas. “Se decidirá si esto tiene consecuencias”, ha resaltado, al tiempo que ha recordado que en 2009, la Ertzaintza retiró una pancarta que portaba Txirrita y las cuadrillas decidieron también en solidaridad hacer un paseíllo en silencio, excepto algunas cuadrillas que posteriormente fueron sancionadas económicamente.

Tras afirmar que le suena a “amenaza” el comunicado leído por los movimientos feministas, Izaga ha aseverado que la Comisión de Blusas y Neskak “no va a buscar la pelea, ni la lucha, sino a preparar las próximas fiestas”, a la vez que ha destacado que tiene la conciencia “muy tranquila porque no somos los malos de esta película”, a diferencia de “alguna que no la tendrá tan tranquila”. Finalmente, no se arrepiente de la kalejira de protesta, dado que, en su opinión, fue el acto “más importante de las cuadrillas, debido a la unidad que demostramos todos juntos”. Así, considera que “había que hacer algo”, ya que “si nos hubiéramos quedado de brazos cruzados, hubiesen tomado por el pito de un sereno a un colectivo de 4.000 personas que no somos una panda de borrachos, sino que organizamos más de 60 actos en todas las fiestas”.

Por su parte, Alitxu Martínez del Campo, en declaraciones a El País, no ha querido valorar las declaraciones del alcalde y ha reiterado lo dicho en el sentido de que el movimiento feminista se pone a trabajar, “tal como lo viene haciendo desde hace muchísimos años”, para lograr unas fiestas y una sociedad “más igualitaria en el que no haya ningún tipo de agresión ningún día del año”. En este sentido, añade que su colectivo está dispuesto a trabajar con todas las entidades sociales y culturales, así como con los blusas y neskak que estén en la misma dinámica para conseguir unas fiestas “en libertad para todos y todas”.

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