Lo breve si bueno, corto e insuficiente
Concha Buika se ha metido de lleno en el mundo del nuevo tango jazzificado de la mano del nieto de Astor Piazzolla
Concha Buika es sentimiento en estado puro. Razón más que suficiente para salir airosa de casi cualquier enredo. Esta vez la mallorquina se ha metido de lleno en el mundo del nuevo tango convenientemente jazzificado de la mano del nieto de Astor Piazzolla que pasea por el mundo la rica herencia de su abuelo. El resultado fue de lo magnífico al puro estremecimiento.
Eso sí, la colaboración entre el grupo de Pipi Piazzolla y Buika fue excesivamente corta como para justificar una velada. El peso del concierto recayó en el sexteto Escalandrum que dirige el nieto del compositor. Buika se añadió para tres canciones, en una de ellas prácticamente no cantó (un Libertango esencialmente recitado), y un bis a solas con el pianista. Intenso pero escaso, supo a poco, a poquísimo. Por una vez la sabiduría popular erró en su dicho: esta vez lo breve si bueno fue demasiado corto e insuficiente.
El Grec se llenó como en las mejores ocasiones y nada hacía pensar que fuera el grupo argentino, desconocido por aquí, el que había atraído al personal. Más bien era la presencia de Concha Buika que fue recibida por una gran ovación al aparecer en el escenario.
Abrió la velada la banda del joven Pipi Piazzolla reinventando algunos temas tan clásicos como Primavera porteña o Tangedia en versiones intensas y cambiantes, cargadas de fuerza y manteniendo todo el espíritu de su compositor sin acercase a la imitación. Ya de entrada resulta un auténtico reto adentrarse en esa música sin bandoneón ni guitarra pero Escalandrum salen muy bien parados. Destacaron los tres vientos (saxo alto, tenor y clarinete bajo) y sobre todo el pianista Nicolás Guerschberg que firmaba los arreglos. Dos bailarines de marcado aire circense añadieron en algún momento un tono kitsch totalmente innecesario.
CONCHA BUIKA
Concha Buika, Pipi Piazzolla y Escaladrum.
Teatre Grec, 29 de julio.
Todo cambió cuando apareció Concha Buika, la música un tanto cerebral del inicio se convirtió en puro corazón llegando al desgarro de un Vuelvo al sur impagable. La voz de la mallorquina encajó perfectamente en una propuesta a medio camino entre la deconstrucción del tango y el jazz más aventurero. La dicha duró poco pero Buika nos resarció abriéndose en canal en su único bis con un Volver solo acompañada por el piano.
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