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Esperando un ‘Otello’ 24 años

La penúltima ópera de Verdi regresa hoy a Peralada con nueva producción y grandes voces como Gregory Kunde, Eva-Maria Westbroek y Carlos Álvarez

Gregory Kunde y Eva-Maria Westbroek, en una escena de 'Otello'.
Gregory Kunde y Eva-Maria Westbroek, en una escena de 'Otello'.TOTI FERRER

La ópera sigue siendo el mayor espectáculo del mundo en el Festival Castell de Peralada (Girona). Y, aunque la crisis ha clavado sus garras en el presupuesto del festival ampurdanés, es el único en toda España que se atreve a programar cada año una producción operística como mínimo. Con orgullo, hoy levanta el telón para estrenar, en una única función, un nuevo montaje de Otello, la penúltima ópera de Giuseppe Verdi, que regresa a Peralada tras 24 años de ausencia. Con dirección escénica de Paco Azorín y musical de Riccardo Frizza, el montaje cuenta con las soberbias voces de Gregory Kunde, Eva-Maria Westbroek y Carlos Álvarez como protagonistas.

El drama shakesperiano que Verdi y el libretista y también compositor Arrigo Boito convirtieron en ópera de referencia permanece ligado en Peralada a Plácido Domingo, que en 1991 triunfó dando vida al moro de Venecia en un montaje del Covent Garden de Londres dirigido por Valeri Gergieg. “Ahora vuelve Otello a Peralada con tres voces que sólo se pueden reunir en un teatro de primer nivel”, afirma el director de escena murciano Azorín.

Lo más meritorio del esfuerzo de Peralada por mantener viva la llama operística es que, en lugar de montar un bolo de verano alquilando un montaje sencillo, se embarca en una nueva producción con el listón de calidad media de un gran teatro de ópera. De hecho, los ensayos musicales han tenido lugar en el Liceo, puesto que su orquesta y coro son pieza clave de la producción. Los decorados y el atrezzo son made in Peralada. Y los cantantes han preparado la obra con la misma disciplina que impera en un teatro cuando se ensaya un estreno.

El festival se embarca en una nueva producción con el listón de calidad media de un gran teatro de ópera; hasta los ensayos musicales se han hecho en el Liceo

“Sea para una única noche o para nueve funciones, ponemos la misma ilusión y energía en el escenario porque en definitiva lo que queremos es que esa noche el público disfrute la mejor interpretación posible”, explica el tenor estadounidense Kunde, uno de los pocos —o quizá el único— que hoy en día es capaz de cantar seguidos el Otello de Verdi y el de Rossini, que ha interpretado hasta el pasado martes en la Scala de Milán —viajando en medio a Barcelona para los ensayos— y que interpretará la próxima temporada en el Liceo.

“Es raro encontrar una voz como la de Kunde”, explica el barítono malagueño Álvarez, un artista fiel a Peralada —en las dos últimas ediciones ha triunfado en Don Giovanni y Andrea Chénier— que ha compartido escenarios con Kunde durante dos décadas y media. “Nos conocimos hace 25 años haciendo I Puritani y hemos coincidido en varios montajes de Otello. Ha sabido adecuar la voz en cada momento, una voz que ha crecido y se ha desarrollado de una forma lógica hacia repertorios más dramáticos”.

Los tres protagonistas lanzan piropos a Azorín y destaca su respeto a la partitura. “No cambia ni un punto de la ópera”, dice Kunde; “respira amor por la ópera y crea un clima de armonía que nos facilita el trabajo como actores y como cantantes”, comenta la soprano holandesa Westbroek. “Es un director que hace los deberes, tiene toda la ópera en la cabeza y explora la relación de los personajes con interesantes ideas. Iago es quien mueve los hilos del drama y exige entrega absoluta como actor y cantante”, explica Álvarez.

“Es un montaje que respira Shakespeare por los cuatro costados”, asegura Azorín. “He acudido a beber a la fuente original para potenciar el carácter y definir los personajes, pero permaneciendo fiel al genio de Verdi. Ni Shakespeare ni Verdi necesitan ser modernizados, pero me gusta dar libertad al espectador, que en el primer acto se encontrará con un Otello de época por el vestuario, pero a medida que transcurra la acción verá escenas que podrían ser de hoy mismo”.

La presencia de cantantes de talento y sólido oficio como Francisco Vas (Cassio), Viçenç Esteve Madrid (Roderigo), Miguel Ángel Zapater (Lodovico), Mireia Pintó (Emilia) y Damián del Castillo (Montano) en el resto de papeles acredita el alto nivel de un montaje que, tras la única función de esta noche en Peralada, podrá verse el próximo año en el teatro Calderón de Valladolid y el Festival de Macerata (Italia).

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