Una pachanga de fútbol permite desarticular una red de ‘narcos’
Cokovic y sus hombres organizaban partidos con la banda de El Isma La policía detiene a 69 personas e interviene 3.530 kilos de cocaína
Una investigación sobre el robo de 23 millones de euros en relojes ocurrida en septiembre de 2013 en el distrito madrileño de Ciudad Lineal ha permitido desarticular una de las mayores organizaciones de tráfico de estupefacientes de Europa con conexiones por todo el mundo, según ha informado esta mañana el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, y el jefe superior de Policía de Madrid, Alfonso Fernández Díez. La llamada Operación Vinetu (en referencia a Vinetu Cokovic, líder de la organización) ha concluido con el decomiso de 3.530 kilos de cocaína, la incautación de 9,4 millones de euros y la detención de 69 personas (26 en España y 43 en el extranjero).
Una de las claves del éxito de esta operación policial ha sido, según los investigadores, la afición al fútbol de los cabecillas de estos grupos criminales. La Policía descubrió la identidad de Vinetu Cokovic, nacido en Montenegro hace 50 años y que se hacía pasar por ojeador, gracias a una pachanga de fútbol en la que jugaban otros amigos vinculados al crimen organizado.
Las investigaciones comenzaron en septiembre de 2013 cuando se produjo el atraco al almacén de relojes situado en la calle de Lope de Hoyos. Los especialistas de la Policía dedicados a robos siguieron las investigaciones una vez detenido el principal cabecilla, El Isma. Cuando fue arrestado no se recuperó parte del botín, por lo que los agentes continuaron con las investigaciones. Eso les llevó hasta Vinetu, un ciudadano que reside frente al parque del Retiro y que jugaba al fútbol con el supuesto cabecilla de la organización que robó los relojes. Las pesquisas dieron como resultado que Vinetu, de unos 50 años, se encargaba de dirigir una organización de enormes características dedicada al tráfico de drogas, en especial cocaína y al blanqueo de capital procedente de esta actividad ilícita.
Esta persona hacía continuos viajes por Europa, en especial por Holanda, Bélgica y Luxemburgo, además de Hungría y la ex Yugoslavia. También tenía relaciones con la República Dominicana, Brasil, Perú y Venezuela. Para introducir la droga había contactado con marinos procedentes de mercantes de la empresa MSC.
Tenían tres procedimientos para introducir la cocaína: Uno de ellos era utilizar a estos marinos para meter de forma legal la cocaína en los barcos y, una vez que llegaban a sus puertos de destino, la arrojaban en sacas acuáticas de entre 40 y 60 kilos y luego pequeñas embarcaciones la recogían. Para ello, escondían el estupefaciente en diversos puntos del barco. Así hicieron varias entregas como la realizada el 8 de abril de 2014 en Bélgica en la que los policías de este país les incautaron 67 kilos procedentes de un velero, o el 7 de marzo de 2015 en el puerto de Valencia. En esta ocasión, llevaban 310 kilos de droga. Otro envío fue el 15 de marzo de 2015 cuando un buque de MSC, el Loretta, partió de Algeciras con destino a Denia y se decomisaron 560 kilos de cocaína
Otro procedimiento consistía en el denominado enganche ciego. Este consiste en meter en los contenedores de los mercantes por parte de los marineros la droga en el origen y cuando llegan al punto de destino, en especial España, recogerla antes de la llegada a puerto. Así lo hicieron el 18 de enero de 2015 con 80 kilos de cocaína procedente del mercante MSC Vigo en el puerto de Valencia, o el 25 de abril en Azores (Portugal), o el 12 de mayo cuando procedente de Venezuela decomisaron en un velero 678 kilos a los que luego se unieron otros 405 más procedentes de los dobles fondos practicados en la proa. El tercer método consistía en comprar barcos veleros que se movían por todo el mundo como ocurrió por ejemplo el 27 de mayo cuando arribó al Puerto de Santa Cruz en las Azores el velero que tenía esta organización con 1.140 kilos de cocaína.
Durante todas las operaciones se han decomisado 3.5320 kilos de enorme pureza cuyo valor en el mercado podría haber alcanzado los 20 millones de euros.
Otra rama de la organización se dedicaba al envío de dinero a través de Brasil y Portugal. Para ello contaban con oficinas en Madrid, Barcelona, Vigo y Lisboa con las que pagaban a los proveedores del estupefaciente. Hasta el momento se les ha registrado nueve envíos en los últimos años.
El principal sospechoso y líder de la organización, Vinetu, justificaba sus continuos viajes por todo el mundo como si fuera ojeador de futbolistas, pero en realidad no tenía ningún ingreso que le permitiera llevar un nivel de vida tan alto como el que tenía. Fue precisamente una pachanga de fútbol entre amigos lo que permitió a la Policía Nacional descubrir la verdadera identidad de este falso ojeador.
Estas detenciones han permitido acabar también con los canales de distribución a nivel medio en Madrid, ya que la organización tenía un piso cerca del Aeropuerto de Barajas y otro en Seseña (Toledo) desde donde salía la droga para toda España y para el Reino Unido, entre otras zonas. En la nave de Seseña también había una gran plantación de marihuana. La instrucción del caso la lleva el juzgado central número 2 de la Audiencia Nacional, que ha decretado el ingreso en prisión de la práctica totalidad de los arrestados, que tienen edades entre los 45 y los 50 años, Muchos proceden de los países de la ex Yugoslavia como Serbia, Croacia y Montenegro. La operación no está terminada, ya que tiene ramificaciones en Australia y la policía portuguesa está pendiente de esclarecer todo el entramado financiero, en especial del blanqueo de dinero y del envío a Sudamérica para el pago del estupefaciente. En España también quedan pendientes algunos arrestos, según fuentes de la investigación.
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