Ningún testigo avala que dos jóvenes participaran en los incidentes del 29-M
Los acusados de actos violentos en la huelga del 2012 se enfrentan a ocho años de cárcel
El Ayuntamiento de Barcelona retiró los cargos, pero tanto la Generalitat como el Ministerio Fiscal los han mantenido y hoy, los dos jóvenes acusados de haber participado en los disturbios que se produjeron a la Diagonal durante la huelga del 29-M del 2012 se han podido defender. Cada uno de los acusados, que aseguran que participaron en la protesta pero no en los incidentes, se enfrenta a penas de 8 años y nueve meses de prisión por una generosa lista de delitos: desórdenes públicos, atentado con uso de instrumento peligroso, daños por incendio y resistencia a la autoridad. Ambos jóvenes, Ismael B. y Dani A., pasaron 34 días en prisión preventiva después de la detención. La huelga se había convocado contra la reforma laboral impulsada por el Gobierno del PP.
La juez quiere saber si los dos jóvenes, miembros de la Assemblea d' Estudiants Progressites (AEP) de la Facultad de Física, volcaron diferentes contenedores en medio de la Diagonal para después quemarlos, si también lanzaron piedras a los agentes de la Guardia Urbana que intentaban apagar el fuego provocado, si intentaron huir de la policía cuando los probaban de detener y, finalmente, si agredieron A los Mossos d'Esquadra en el momento de la detención. "Todavía queda un día de juicio", ha recordado el abogado defensor, Luis Antonio Salvadores, pero a la salida de la sala se le ha visto satisfecho porque algunos de los delitos que se imputan a sus clientes podrían quedar en nada.
El grueso del juicio se basa en el testimonio de un sargento de los Mossos d'Esquadra que vio como un grupo de jóvenes "vestidos con ropa oscura y con la cara cubierta" volcaban contenedores en la Diagonal. El agente estaba al otro lado de la avenida pero al ver los disturbios asegura que se acercó y que intentó reconocer a los miembros del grupo. Según el abogado de la defensa, esto es imposible porque había demasiada distancia y los chicos iban tapados. Sea como fuere, el testigo policial ha explicado que vio a uno de los dos jóvenes "echar un líquido inflamable al contenedor" pero ha reconocido que no vio quién lo encendió. Tampoco ha podido asegurar que fueran ellos los que lanzaron piedras contra los agentes de la Guardia Urbana y se ha limitado a decir que "formaban parte del grupo".
Después de todos estos hechos, el agente les siguió, pidió refuerzos e intentó detenerlos. La detención se produjo en el barrio de Les Corts. El sargento, así como algunos de los seis Mossos que han acudido al juicio para explicar su testimonio desde una cabina que impedía su reconocimiento, han asegurado que fueron hacia los jóvenes y, tras identificarse como policías, los chicos empezaron a correr. Los jóvenes en cambio, mantienen que los agentes les señalaron y llamaron, pero que no se llegaron a identificar. Y aseguran que se asustaron y se fueron corriendo. Respondiendo tanto a las preguntas del Fiscal cómo del abogado de la defensa, los agentes sí que han reconocido que cuando los pillaron, no ofrecieron ninguna resistencia ni tampoco los intentaron agredir. También han explicado que las heridas que sufrió uno de los agentes fueron porque cayó al suelo durante la persecución y el otro, en el momento de la detención, cuando con el impulso, policía y chico cayeron al suelo.
También hoy hay pendiente otro juicio contra dos vecinos de Sant Andreu acusados de bajar tres persianas de comercios que no hacían huelga, de hacer pintadas en las paredes de la calle y de resistirse a la detención. Entre la Fiscalía y la Generalitat piden en total ocho años de prisión para ellos.
Los dos juicios han conseguido movilizar a mucha gente durante todo este tiempo para reclamar su inocencia. El secretario general de la UGT, Josep Maria Àlvarez, el de CC OO, Joan Carles Gallego y Joan Josep Nuet, secretario general del PCC, han venido este martes hasta la Ciudad de la Justicia para apoyar a los jóvenes juzgados, como también lo han hecho diputados de la CUP y miembros de la CGT. "Hoy nos jugamos su libertad y su futuro, pero también la libertad de huelga", ha advertido Àlvarez. Tres de los cuatro acusados podrían entrar en prisión.
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