Colau dispone de 637 millones para destinar a un plan de choque

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, podrá decidir en qué gasta 637 millones del presupuesto municipal de 2015, el equivalente a una cuarta parte del total de las cuentas municipales. El presupuesto del Ayuntamiento de Barcelona para este año asciende a 2.550 millones de euros. De estos, el 75% ya está asignado a gastos o actuaciones concretas, según fuentes municipales. El resto, 637 millones “dan margen para comenzar a aplicar el plan de choque”, aseguran las mismas fuentes. Los responsables del capítulo económico son, a nivel político, el primer teniente de alcalde de Trabajo, Economía y Planificación Estratégica, Gerardo Pisarello; y, a nivel técnico, el gerente del área de Presidencia y Economía, Jordi Ayala.

El plan de choque solo para los primeros meses de mandato municipal está cuantificado en 160 millones y prevé partidas tales como 50 millones destinados a crear empleo, otros 50 en materia de vivienda, cinco para casos urgentes de pobreza energética, cinco para transporte público, 25 en una renta municipal que complemente las prestaciones más bajas, o 20 más en combatir la malnutrición (para lo que el anterior alcalde, el convergente Xavier Trias, ya tenía una partida abierta). Un plan que el flamante gobierno municipal califica de “ambicioso y a la vez factible para luchar contra la desigualdad y el paro y garantizar los derechos sociales en la ciudad”.

 Prioridad

 Más allá de la cuestión económica, el nuevo gobierno asegura que es consciente de que “para ejecutar el plan necesitará tejer complicidades políticas”, para lo que buscará “acuerdos con las fuerzas política que comparten los objetivos sociales”. En este sentido, Colau priorizará a quienes le apoyaron con sus votos en su investidura —PSC y ERC—, precisamente con el argumento de que estas formaciones comparten buena parte de la agenda de prioridades. La pasada semana, tanto la alcaldesa como los líderes de ERC y PSC explicaron que la mesa de negociaciones sigue abierta, pero no han mantenido reuniones por tratarse de la primera del mandato, en la que el ejecutivo está aterrizando.

Ante la inquietud expresada en algunos sectores empresariales sobre los gastos o pagos pendientes, el nuevo Gobierno municipal asegura que “será estricto con las cuentas y las finanzas públicas. Si hay algún pago pendiente, nos pondremos inmediatamente en marcha para hacerlo efectivo”, precisan fuentes del Ayuntamiento. “Como administración debemos dar ejemplo y ser puntuales en el pago de facturas y servicios, porque beneficia a los proveedores, les aporta liquidez y les facilita el día a día”, se argumenta en medios de la alcaldía.

Otro capítulo significativo es el cobro de los 44 millones de la la deuda que la Generalitat mantiene con el Ayuntamiento. El equipo económico de la alcaldesa recuerda que el día de la investidura, Colau ya advirtió de que el Ayuntamiento “será exigente y le reclamará al Ejecutivo catalán que cumpla con los pagos y transferencias comprometidas para dar los mejores servicios a los ciudadanos”. De la misma forma, recuerdan que Colau ofreció al presidente de la Generalitat, Artur Mas, su disposición para reclamar conjuntamente las inversiones pendientes del Gobierno central