“En la mezquita nos dijeron que los Mossos nos investigaban”
David Franco asegura que “cuando llega algún agente infiltrado se le nota muchísimo"
David Franco Portolés fue detenido el 8 de abril acusado de pertenecer a la célula yihadista de Sabadell. Participó en reuniones con otros imputados y la crisis del chivatazo de la policía, supuestamente mediante un converso, no le sorprende. Portolés asegura que no solo fue un converso el que les alertó de que había mossos investigándoles, sino "muchas más personas" del entorno de la mezquita de Terrassa.
"Cuando entras en un oratorio como el de Terrassa, lo primero que oyes es: 'Ten cuidado con los policías infiltrado'", asegura David, ahora Ibrahim Portolés en declaraciones a este periódico. Estas advertencias se hicieron constantes después de que el pasado 15 diciembre fueran arrestados tres de sus compañeros en la frontera con Bulgaria cuando pretendían viajar a Siria y alistarse en el Estado Islámico. Tras aquello, varias personas avisaron de que el grupo estaba siendo investigado. El más evidente fue un converso de Mataró al que la Policía Nacional había pedido que persuadiera al grupo y les advirtiera de que los Mossos d’Esquadra les tenían en el punto de mira. "Nos dijeron que teníamos los móviles pinchados...", afirmó.
La supuesta célula no hizo ningún caso. "Desde que entré en el islam cada semana he oído hablar de infiltrados; cuando llega alguno se le nota muchísimo. Aparecen de la nada y hacen preguntas raras". Aun así, la detención de los tres yihadistas en Bulgaria provocó que Portolés se separara del grupo "para evitar problemas". Ayer seguía defendiendo la inocencia de sus compañeros. Alí (Antonio Sáez, el peluquero y supuesto cabecilla de la banda) y Portolés se conocieron hace varios años en Sabadell. Los dos son conversos y habituales de la mezquita de Terrassa, porque "allí se realizaban oraciones en castellano". Fue en ese oratorio donde contactaron con el resto de acusados. Comenzaron a reunirse para "seguir correctamente los preceptos del islam".
El grupo fue detectado rápidamente por los propios feligreses de la mezquita: "La gente nos decía que tuviéramos cuidado con nuestros comentarios y especial alerta con los policías infiltrados". Portolés empezó a hacer caso a las advertencias: "Todos nos decían que con los Mossos hay que tener mucho cuidado, es un cuerpo nuevo y quiere medallas". El pasado 8 de abril detuvieron a Portolés, casi dos meses después de que se archivara la causa contra los dos policías nacionales acusados de chivarse de la investigación de los Mossos. Tras la crisis entre cuerpos, la Generalitat anunció ayer que ha transmitido al Gobierno central la voluntad de reunir la Junta de Seguridad de Cataluña. Lleva sin convocarse desde 2009. "No soy ni terrorista, ni espía ni infiltrado…", asegura Portolés, que sigue defendiendo la inocencia de sus amigos.
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