Nueva técnica para tratar el ictus isquémico agudo
Un ensayo catalán prueba la eficacia de desobstruir arterias con un microcatéter
Un estudio realizado por cuatro hospitales públicos catalanes ha demostrado la eficacia de emplear microcatéteres para desobstruir arterias cerebrales en pacientes con ictus isquémico agudo (coágulos que se forman en los vasos e impiden un riego sanguíneo regular). Esta técnica, conocida como trombectomía, aumenta un 70% las posibilidades de recuperar la capacidad funcional, reduce a más de la mitad el tamaño del infarto cerebral causado por el ictus y multiplica por cuatro las opciones de tener más autonomía en las actividades básicas de la vida diaria.
El ensayo clínico, capitaneado por el Clínic, Vall d'Hebron, Bellvitge y el Germans Trias i Pujol (Can Ruti), ha abierto una puerta alternativa a la trombolisis endovenosa, la terapia que hasta ahora se aplicaba a pacientes afectados de ictus y que consiste en inyectar medicamentos en vena para desobstruir el trombo. Esta técnica tenía una eficacia muy limitada en ictus graves y complejos, en los que el coágulo se sitúa en una arteria principal del cerebro (alrededor del 25% de los casos). “Esto no es un avance, es una auténtica revolución”, sentenció el coordinador del estudio y director clínico de Neurociencias de Can Ruti, Antoni Dávalos. El ensayo se publicó ayer en la revista científica New England Journal of Medicine.
Los médicos han demostrado que la trombectomía, que consiste en introducir un catéter en la arteria hasta al coágulo y atraparlo a través de una malla metálica para extraerlo, no es un tratamiento para todos los enfermos, sino que es una terapia eficaz en pacientes con ictus agudo, con un área de afectación cerebral pequeña y a los que les ha fallado o está contraindicado el tratamiento endovenoso.
Los resultados del estudio, en el que participaron más de 200 catalanes, revelan que la proporción de pacientes que pueden realizar sus tareas cotidianas con independencia a los tres meses de sufrir el ictus es un 15,5% superior a los tratados con las técnicas habituales.
Los médicos insistieron en el papel que juega el tiempo a la hora de atender a los pacientes. “El efecto terapéutico va cayendo a medida que avanza el reloj. El tiempo es cerebro”, apuntó Dávalos. La técnica debe realizase dentro de las primeras ocho horas tras detectarse los síntomas del ictus, de ahí la necesidad, explicaron los expertos, de contar con un protocolo de actuación coordinado entre los servicios de emergencia y los hospitales. La nueva terapia, de alta complejidad y que sólo se puede ejecutar en hospitales terciarios especializados, ya se realiza en los cuatro centros que participaron en el ensayo y, además, en el hospital del Mar y el Parc Taulí de Sabadell.
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