Política de trincheras
¿Qué propuestas sobre empleo, innovación y educación reclaman los demás partidos al PSOE? ¿Y cuáles sobre todo eso ha propuesto Susana Díaz?
Parece haber un acuerdo generalizado en el sentido de que los resultados de nuestras últimas elecciones marcan el inicio de una nueva etapa política más plural. Ya no bastará con acuerdos entre PP y PSOE sino que habrá que involucrar a nuevas fuerzas para alcanzar equilibrios más inestables de los que se han ido dando hasta ahora.
Pero me temo que los partidos andaluces, sea porque están a la espera de las municipales y autonómicas de mayo o por cualquier otra razón, no se dan por enterados.
El PSOE interpreta su victoria como un derecho indeleble a gobernar en solitario que los demás deben respetar por responsabilidad y en cualquier circunstancia.
El Partido Popular vuelve a optar por el intercambio de cromos y, después de desdecirse, reconoce que le da igual que gobierne con cualquier programa el PSOE con tal de que le garantice alguna alcaldía si pierde mayorías absolutas en las próximas municipales.
Podemos y Ciudadanos, que se supone traen el aire fresco a la política española, se limitan a establecer líneas rojas para facilitar la constitución del nuevo Gobierno andaluz. Coinciden ambos en reclamar el sacrificio de Chaves y Griñán, como si eso, por sí mismo, fuese algo más que un gesto o garantía suficiente para evitar más corrupción en el futuro. Y Podemos añade otras que ni siquiera de cumplirse garantizarían que dejen de darse los problemas de desahucios o de recortes y gestión de personal en la Junta con que las justifican. Es más coherente Izquierda Unida pero sus malos resultados y el sentirse traicionada en la anterior legislatura convierten su posición en puramente testimonial.
Lo que practican los partidos andaluces es la guerra de posiciones. No intentan avanzar para exigir a quien se ofrece para gobernar que asuma proyectos y medidas concretas en su acción de Gobierno, sino que se limitan a cavar trincheras inexpugnables entre unos y otros.
Para evitar que vivamos de nuevo lo vergonzoso que hemos vivido en Andalucía hacen falta líneas rojas, claro que sí. Pero no las que imponga cada uno por su cuenta, haciendo oídos sordos a los demás, sino las acordadas entre todos.
¿Qué propuestas para crear empresas, empleo y riqueza, sobre igualdad, para mejorar la educación y fomentar la innovación, o sobre transparencia y lucha efectiva contra la corrupción reclaman los demás partidos a la candidata del PSOE para favorecer su investidura? ¿Y cuáles sobre todo eso ha propuesto Susana Díaz para ganársela? Que se sepa, ninguna, y ese es el problema. El momento económico es crucial y hacen falta respuestas urgentes. Andalucía no puede esperar y los andaluces no nos podemos permitir el lujo de prescindir unos de otros. No necesitamos fronteras sino diálogo abierto y acuerdos profundos, en positivo y con luz y taquígrafos.
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