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El desfibrilador urbano

Una red de colectivos promueve la rehabilitación de un pabellón de la Expo abandonado desde hace 22 años para crear un centro social y cultural

Raúl Limón
Interior del pabellón del Siglo XV en su estado actual.
Interior del pabellón del Siglo XV en su estado actual.Imágenes cedidas por Juan Gabriel Pelegrina

La Exposición Universal de Sevilla dejó varios edificios en coma. Uno de ellos es el pabellón del Siglo XV, un recinto poligonal de 4.497 metros cuadrados situado en el recinto del antiguo monasterio de La Cartuja. Ha sido utilizado de trastero y vandalizado de forma constante. De su red eléctrica no queda nada. En 2009, la Junta anunció que invertiría 5,6 millones de euros para utilizarlo como sede del Centro Andaluz de Danza y para establecer una sala de la Filmoteca. En esa ocasión, el espacio pasó a la Empresa Pública de Gestión de Programas Culturales, dependiente de la Consejería de Cultura, “para agilizar el proyecto”. Pero el plan fracasó. Ahora, una red social agrupada en torno a La Carpa, una cooperativa social y cultural con una exitosa experiencia, promueve la cesión temporal de su uso para rehabilitarlo y convertirlo, con financiación propia, en un novedoso “centro de innovación social, tecnológico y cultural”.

Cultura ha admitido su “interés” en la propuesta y estudia sacar a concurso la cesión del espacio construido por encargo de la Expo 92 en terrenos adyacentes al antiguo Monasterio de Santa María de las Cuevas y proyectado por Francisco Torres Martínez e Inmaculada Jiménez Aguilar,

El proyecto de La Carpa ya ha pasado una primera fase para un premio de innovación social, un término que se refiere a iniciativas que crean nuevas formas de satisfacer las necesidades que no están adecuadamente cubiertas por el mercado o el sector público.

La red de la Carpa, compuesta por 17 entidades de ámbitos de la cultura, la universidad o la arquitectura, pretende crear una cooperativa mixta, una nueva figura en la que caben desde colectivos a individuos o instituciones públicas y privadas. La Universidad Internacional de Andalucía (Unia) se ha unido al proyecto en el que también participa el estudio de arquitectura de Santiago Cirugeda, Recetas Urbanas, y asociaciones y sociedades culturales como Zemos 98, LaSUITE y Endanza, entre otros.

Se trata de “cambiar el modo de relación de los usuarios y la administración”, apunta María Gil, una de las integrantes de la plataforma. Su compañero Rafael Ribera añade que la fórmula propuesta permite al ciudadano acceder al uso de los espacios públicos y participar en sus contenidos y su gestión. En este modelo, “los usuarios también son consumidores”, añade para explicar que un socio de la red puede crear contenidos y también consumirlos.

El proyecto está planteado en varias fases. La primera, con un coste mínimo de 4.000 euros, permitiría utilizar espacios exteriores y empezar a programar “en 10 días”, una vez cedido el uso. Una segunda fase, presupuestada en 100.000 euros, habilitaría oficinas y talleres en el pabellón. El presupuesto final no está aún precisado, pero se quedará muy lejos de los 5,6 millones del frustrado proyecto de la Administración hace seis años.

El colectivo no cuenta con dinero público para comenzar, aunque no renuncian a solicitar las ayudas disponibles para estos proyectos. Su base de financiación serían las aportaciones de los propios socios, los bancos sociales, mecenazgos y la recaudación obtenida en las actividades programas. “Y el trabajo propio”, añade la arquitecta de Recetas Urbanas, Alice Attout.

Esa experiencia ya la realizaron en La Carpa inicial, un espacio cultural y social habilitado en Sevilla por ellos mismos a base de reciclaje y utilización racional de materiales. Hasta la llegada de Juan Ignacio Zoido (PP) a la alcaldía, los 1.500 socios de esta innovadora fórmula dieron cabida a casi 30.000 espectadores y usuarios de 394 espectáculos, 20 festivales y medio centenar de cursos.

Fue precisamente el final de la cesión del espacio la que movilizó a este colectivo en la búsqueda de otros recintos. Y llegaron al pabellón del Siglo XV, donde tienen previsto programar todo tipo de actividades culturales y formativas, incluyendo servicios de residencia artística, de almacenamiento o de oficina. Todo mezclado con un concepto que Carolina Maggi, otra de las promotoras, resume como “hibridación”.

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Sobre la firma

Raúl Limón
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, máster en Periodismo Digital por la Universidad Autónoma de Madrid y con formación en EEUU, es redactor de la sección de Ciencia. Colabora en televisión, ha escrito dos libros (uno de ellos Premio Lorca) y fue distinguido con el galardón a la Difusión en la Era Digital.

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