Joyas de Madrid abandonadas
Los edificios de la capital que han sido también víctimas de la burbuja inmobiliaria, esperan vacíos una decisión sobre su futuro
Hay quien se refiere a ellos como “ruinas contemporáneas”. Es el caso del arquitecto Alejandro Conty, de la agencia Excenia, que los define como “el patrimonio arquitectónico que ha quedado en estado de abandono”. Nada parece haber quedado incólume, se han clausurado inmuebles de todo tipo, principalmente de los siglos XIX y XX, algunos incluso anteriores. Son teatros, palacios, viviendas y fábricas que amenazan ruina y que podrían desaparecer para siempre. “Mediante la modificación del Plan General de Urbanismo con planes especiales se ha pretendido reducir el catálogo de edificios singulares”, asegura Álvaro Bonet, de la asociación Ciudadanía y Patrimonio. Lo que sigue es un inventario de la situación actual de algunas de las joyas de la capital que se encuentran en estado de abandono.
Teatro Albéniz. “Hay un rayo de luz”, dice Eva Aladro, portavoz de la muy combativa Plataforma de Ayuda al Teatro Albéniz, que asegura que la Comunidad les contactó hace un par de semanas “para preguntarnos qué nos parecería si protegen parcialmente el edificio para que se desarrolle una actividad teatral, pero al tiempo, otra, quizás un negocio de restauración”. Con un recurso interpuesto por la plataforma y la promesa de que si no prospera recurrirán al Supremo —“les tenemos fritos”, afirma Aladro de su contencioso con la Comunidad—, parece que ha llegado el momento del acuerdo.
El Albéniz, inaugurado en 1945 y situado a escasos metros de la Puerta del Sol, gozaba de protección urbanística desde 1997, pero sus propietarios (Moro, SA) acudieron a los tribunales para retirársela alegando que el edificio carecía de “relevancia arquitectónica”. Una sentencia firme de 2005 permitía su derribo para hacer un centro comercial. El teatro cerró en 2008, pero aquel proyecto se frustró porque la empresa propietaria entró en concurso de acreedores en junio de 2012.
Puesto a la venta, el inmueble no encuentra otro comprador. Estos temían su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de triunfar el recurso planteado por la plataforma, que argumentaba que si el edificio carecía de valor arquitectónico, lo tenía como teatro.
En 2012, el Tribunal Supremo obligó al Gobierno regional a estudiar su declaración como BIC, pero el Ejecutivo de Ignacio González (PP) denegó esa protección. Finalmente, el 30 de enero de 2014, lo compra Kutxabank en una subasta judicial. Comunidad o Ayuntamiento pudieron quedárselo a precio de saldo, pero no quisieron.
Edificio España.Convertido en emblema del abandono, el rascacielos de 117 metros en Plaza de España, construido en 1953, quedó vacío en 2012. El Banco Santander vendió en 2014 el inmueble, que había comprado en 2005 por 389 millones, al magnate chino Wang Jialin, por 265 millones. Hace unos días el nuevo propietario se hacía cargo del compromiso previo adquirido por el Santander de aportar 30 millones de euros extra para la remodelación de la Plaza de España. Con ese detalle todo parece arreglado para que se haga realidad el proyecto del español Carlos Lamela y el británico Norman Foster, aunque desde el estudio Lamela se decía ayer que no existe fecha para empezar con las obras. Se prevé la demolición total de su interior para construir un centro comercial, un hotel y 300 viviendas de lujo.
Estación del Príncipe Pío.Nadie quiere la estación. O tal vez sea al revés, nadie se ajusta a lo que necesita. Al menos según el criterio de Adif, su propietaria. El edificio, que data del siglo XIX y que un día sirvió para unir Madrid con las provincias del norte, lleva dos décadas cerrado. Una parte se transformó en centro comercial y se intentó convertir el resto en sede de fiestas. La compañía pública de infraestructuras ferroviarias la puso en alquiler mediante concurso público en 2013. “Ninguna de las empresas que participaron se ajustaron íntegramente a las condiciones del pliego”, explican desde Adif. Esto obligó a sacar un nuevo concurso el pasado enero. Tres candidatas optan a la gestión de este espacio, aunque la propietaria del recinto no da detalles sobre los proyectos porque están “evaluando la información y la documentación presentadas”.
Palacio de la Música. En marzo de 2004, el entonces alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, aprobó una modificación del Plan General de Ordenación Urbana de 1997 que levantó el blindaje cultural de las salas de cine, permitiendo que se convirtieran en viviendas o comercios. Cuando el 22 de junio de 2008 cerró el Palacio de la Música, tras 84 años de historia, engrosaba una lista de 18 salas clausuradas en todo Madrid, 10 de ellas en la Gran Vía.
El edificio, de 6.630 metros cuadrados en tres plantas, fue vendido un mes después por el constructor Juan Bautista Soler a la Fundación Caja Madrid para convertirlo en un auditorio con 1.500 butacas, que estaba previsto inaugurar en 2013. Pero el proyecto, cuando estaba prácticamente acabado, fue arrollado por el derrumbe de Bankia, la entidad sucesora de Caja Madrid, y si nada lo evita terminará convertido en un gran almacén.
Sede de la Real Compañía Asturiana de Minas. Diseñada en 1899, la sede de la Real Compañía Asturiana de Minas en Madrid, un espacio enorme que miraba a la Plaza de España y a la calle de Bailén, incluía las oficinas y las viviendas de los directivos en las tres plantas superiores y un gran almacén en la planta baja. Situado frente a lo que hoy es el Senado, es un ejemplo de la arquitectura industrial en hierro. Su actual dueño es la Mutua Madrileña y desde 1988 hasta 2009 fue la sede de la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid, en régimen de arrendamiento. Después quedó abandonado, aunque fue parcialmente rehabilitado en 2012, y se ha especulado con su conversión en hotel, pero la iniciativa necesitaría de la aprobación de un Plan Especial, ya que el edificio está protegido.
Faro de Moncloa. Es uno de los lugares que tienen, a priori, un renacimiento asegurado. Está previsto que a finales de este mes vuelva a abrirse al público, tras más de ocho años dormido. Albergará un mirador y un punto de información turística. Inaugurado en 1992 y clausurado en 2008 por incumplir la normativa de seguridad, será el Ayuntamiento el que se haga cargo de su gestión después de que ninguna empresa privada se interesara por él. La oposición ha denunciado que acarreará unas pérdidas de 400.000 euros anuales.
Antiguo Museo del Ejército. Ni hay proyecto a la vista ni se le espera. El Ministerio de Cultura, propietario del inmueble, vecino del Prado, no ha respondido a este periódico sobre su futuro. Se trata de uno de los últimos restos del palacio del Buen Retiro, de Felipe IV. Albergó durante más de un siglo el Museo del Ejército, pero desde que cerró hace 10 años, tras el traslado de su contenido al Alcázar de Toledo, languidece. “Es una pieza absolutamente conservable y mantiene una ornamentación muy valiosa. Además, está ubicado en una posición privilegiada en la trama de Madrid”, asegura el arquitecto Javier Alau, miembro del Club de Debates Urbanos de Madrid.
Palacio de la Equitativa. La que fuera sede de la aseguradora La Equitativa y posteriormente de Banesto y Banco Santander en la calle Alcalá se convertirá en un hotel de lujo de la cadena Four Seasons. Después de que Emilio Botín trasladara en 2004 las oficinas centrales a Boadilla del Monte, las instalaciones pasaron por las manos de una constructora que no pudo hacer frente a los pagos y finalmente en 2012 lo adquirió OHL. En estos momentos se están realizando trabajos de consolidación de la fachada, la única parte del edificio con posibilidad de convertirse en BIC, y de demolición de la estructura interna, explican fuentes del despacho de Lamela, encargado de la reforma del edificio. Permanecen a la espera de una resolución de la Comisión de Patrimonio que les permita comenzar las obras. “Deseablemente antes de 2016”, apuntan desde el despacho.
Palacio de Sueca. La desidia del Ayuntamiento dejó morir a este edificio de la plaza del Duque de Alba, que ha sido declarado en ruina porque suponía un peligro para el colegio que se encuentra a su lado. El edificio es objeto de varios frentes judiciales. Por una parte, entre los antiguos dueños, a los que la Administración se lo expropió, que desean que vuelva a su poder después de que el Consistorio lo haya dejado en este estado. Por otro lado, la fiscalía ordenó en 2013 investigar las negligencias que habían desembocado en su ruina. Mientras, el inmueble permanece cerrado y apuntalado.
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