Díaz y Moreno coinciden al ensalzar el turismo como locomotora económica

Los candidatos del PSOE y PP han abordado este jueves en sus actos electorales el motor de la economía andaluza, que hasta ahora ha pasado casi inadvertido en campaña. Mientras la aspirante socialista Susana Díaz anunció una estrategia para potenciar la marca Andalucía, el popular Juan Manuel Moreno prometió tratar a Marbella como “la joya de la corona”.

Tras la ruptura del pacto de Gobierno con IU, los socialistas anunciaron un plan de modernización de la planta hotelera andaluza consensuado con los empresarios. Esta es la principal medida para impulsar el turismo del programa socialista, que ha resaltado Díaz en Málaga. Ese plan renove no se limitará a los establecimientos hoteleros, que el año pasado alcanzaron la cifra récord de 45 millones de pernoctaciones, sino que se extenderá a toda la industria.

El sector turístico cosecha los mejores datos desde que existen registros y se ha convertido en una parcela deseada por todos los partidos. Los alojamientos reglados llegaron en 2014 a los 57 millones de pernoctaciones y la comunidad es líder absoluto en movimiento hotelero de turistas nacionales, donde abarca una cuota de mercado del 21,9%. Y las expectativas para 2015 son enormes, con una previsión de crecimiento del 5% en el número de turistas, que en 2014 fueron 24 millones.

Díaz subió al escenario de su acto a representantes de los hoteleros y de los segmentos de cultura e interior. La intención de la candidata socialista era abarcar todo el espectro turístico. Es decir, que la comunidad continúe como líder en visitantes nacionales y mejore su cuarto puesto en turistas internacionales, tras Cataluña, Baleares y Canarias. El PSOE apuesta por la renovación de la planta hotelera y por combatir la estacionalidad, el principal problema al que se enfrenta el sector en la actualidad. “No puede ser que haya cientos de establecimientos cerrados en la costa la mitad del año”, dijo Díaz. Algo más del 38% (61.083) de las camas del litoral andaluz no están disponibles esta temporada baja. La apertura de más hoteles facilitará la creación de empleo, recordó la candidata del PSOE, quien citó la formación como otro de los grandes objetivos.

Díaz aprovechó la presencia en el escenario de Miguel Sánchez, empresario hotelero y representante de la Confederación de Empresarios (CEA), para recoger el guante lanzado por la patronal para reforzar la marca Andalucía. “Hay que abandonar los tópicos, que no la cultura”, argumentó la candidata, que más que una campaña de publicidad, anunció toda una estrategia para eliminar "los elementos tóxicos" [en referencia a los tópicos] que han lastrado el crecimiento andaluz.

Mientras, el candidato del PP, Juan Manuel Moreno, prometió tratar con “el mejor de los mimos” a “la joya de la corona” y “la gallina de los huevos de oro”, dos símiles que utilizó para Marbella. Por los discursos escuchados al candidato popular, sus dos pilares en los que asentaría el futuro de su comunidad serían el turismo y la agricultura. Su principal rival, Díaz, le reprocha que esas apuestan suenan al más oscuro de los pasados de la región. Moreno no lo cree así y asegura que se deben ligar a la modernidad.

Moreno y la alcaldesa marbellí Ángeles Muñoz se cebaron contra el criterio que atribuyen a Díaz contra los prejuicios más tópicos hacia Marbella, sus residentes y visitantes. La alcaldesa aseguró que en los 18 meses que lleva Díaz al frente de la Junta nunca ha pisado su localidad, ni la ha llamado ni ha contestado a la veintena de cartas que le ha remitido. Lamentó que se acerque a la zona y no se atreva a pisar Marbella, la quinta ciudad de Andalucía con 150.000 habitantes, miles de turistas y toda una marca internacional. Y enumeró un sinfín de carencias y olvidos hacia la ciudad que imputa al gobierno autonómico.

El candidato desgranó algunas promesas y propuestas turísticas hacia Marbella. Moreno acusó al Gobierno socialista de “continuista por no querer cambiar nada”. El aspirante prometió derogar la ley de litoral, renegociar y ampliar el plazo para pagar la deuda local, devolver a Marbella en infraestructuras los 100 millones que prometió la Junta cuando se constituyó la gestora y se disolvió el gobierno local tras Jesús Gil, y otra política de chiringuitos.