Ribadeo se opone al plan de la Xunta que restringe las visitas a As Catedrais
El alcalde nacionalista toma como ejemplo el parque del Teide y propone que se fije con estudios un aforo limitado para que puedan seguir entrando personas al marchar otras
El alcalde de Ribadeo, el nacionalista Fernando Suárez, ha acusado hoy a la Xunta de Galicia de intentar “matar moscas a cañonazos” al querer limitar el acceso de visitantes a la playa das Catedrais en menos de cinco mil personas al día, en concreto 4.967.
Esta semana se acaba el plazo para las alegaciones a un plan diseñado por la propia Xunta, con el fin de frenar la erosión que sufre este arenal, el segundo monumento más visitado de Galicia tras la catedral de Santiago de Compostela y el primero de carácter natural, con picos en el verano que se aproximan a las 15.000 personas. “Estamos de acuerdo en que esta maravilla de la naturaleza la tenemos que regular y conservar y tenemos que tener medidas de control y gestión”, dice el alcalde, y hasta ahí es donde coinciden ambas Administraciones. Pero solo en eso, porque del resto del plan Suárez discrepa.
“La Xunta, durante 10 años, mira para otro lado, y de repente pretende implantar un sistema con el que matar moscas a cañonazos: limitar el acceso físico a través de una autorización administrativa”, censura Suárez Barcia. “Esas medidas", sostiene, "están bien cuando el monumento o singularidad que se visita puede ser una cueva, como las de Altamira, o un bosque con acceso limitado”. Pero “para regular el flujo en un lugar donde entran miles de personas esta fórmula representa un despropósito que va a generar una confusión enorme en todos los visitantes”, alerta el alcalde de Ribadeo, que vaticina además consecuencias negativas en el turismo.
Insiste en que no rechaza la medida porque la haga el gobierno gallego del PP, y defiende que “para medidas de gestión de miles de personas hay que ir a modelos para miles de personas, como hacen en el parque del Teide, que cuando hay saturación restringen el acceso en tanto no salgan los que se encuentran en ese momento allí”.
Y cuál sería el número ideal, que está en la base de la polémica: Fernando Suárez advierte que no tiene conocimientos "técnicos” para delimitar que número de personas podrían acceder al arenal. No obstante mantiene que “no se pueden admitir que sean 4.967 visitantes en función de que en dos ocasiones se fue hasta allí a tomar mediciones”. “Eso no se hace, el adoptar una decisión tan drástica tiene que estar motivado por un estudio previo que no se hizo. Sabemos que todos queremos lo mejor para la playa pero no se pueden tomar medidas tan tajantes sin tener verdaderos estudios”, objeta el alcalde.
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