Detenida en Barcelona una mujer que pretendía unirse al EI en Siria
La detenida, de nacionalidad marroquí, abandonó Rubí con su hijo de tres años, cuya desaparición fue denunciada por su padre
La Guardia Civil ha detenido en el aeropuerto del Prat de Llobregat a la ciudadana marroquí, vecina del municipio barcelonés de Rubí, Samira Yerou, acusada de un delito de terrorismo después de que, supuestamente, intentara viajar a Siria para alistarse en el Estado Islámico.
Varios agentes de la jefatura de información de la Benemérita arrestaron a Yerou cuando llegaba a las 13.30 al aeropuerto de Barcelona procedente de Turquía. La supuesta terrorista abandonó Rubí el pasado mes de diciembre llevándose consigo a su hijo de tres años. El padre del menor, que ahora reside en Barcelona, denunció el secuestro de su hijo y fue entonces cuando comenzó la investigación.
Yerou, según las investigaciones de la Guardia Civil, la Fiscalía de la Audiencia Nacional y las autoridades turcas, realizaba un importante papel de captación y radicalización a favor del Estado Islámico, siendo especialmente importante el rol que desempeñaba a favor del reclutamiento y envío de simpatizantes femeninas del grupo terrorista residentes en Europa y Marruecos. Por todo ello, el Juzgado Central de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional dictó una orden internacional de busca y captura contra la joven marroquí.
Esta mujer podría haber realizado labores importantes de captación
Con anterioridad a su llegada a Barcelona, Samira Yerou fue interceptada en Turquía cuando pretendía acceder clandestinamente a Siria para alistarse en la organización terrorista. Después de no poder entrar en Siria, ha regresado a Barcelona junto con su hijo de tres años que se encuentra en perfecto estado de salud y que ha sido entregado a su padre en Barcelona.
El presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Cataluña (UCIDECAT), Mohammed el Ghaidouni, ha felicitado a la Guardia Civil por la detención de la joven. Ghaidouni, ha asegurado que Yerou pasaba totalmente inadvertida entre sus vecinos y compatriotas, “acudía poco al oratorio ya que no hay una comunidad de mujeres en Rubí”.
