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Madrid-Barcelona, dos modelos con precios diferentes

La alcaldesa de Madrid, Ana Botella (PP), inauguró el servicio público de alquiler de bicicletas el 22 de junio de 2014

La alcaldesa de Madrid, Ana Botella (Partido Popular), inauguró el servicio público de alquiler de bicicletas el 22 de junio de 2014 con un recorrido por los alrededores del parque de El Retiro. Aquel fue prácticamente el único viaje que hicieron las bicicletas municipales durante varios días: el sistema informático se colapsó, según la empresa concesionaria, por el exceso de demanda, y fue imposible conseguir una tarjeta hasta principios de julio. Los madrileños no se desalentaron, y siguieron dándose de alta a través de Internet, ante las dificultades para lograr que los tótems plantados en las estaciones funcionaran.

El 1 de julio, el servicio superaba los 4.500 usuarios, y un mes después pasaba ya de 10.000. Siguió creciendo a ese ritmo hasta el 1 de noviembre, cuando se superaban los 25.000 usuarios con abono anual. A partir de entonces la curva se relajó, pero, aunque a menor ritmo, BiciMad siguió ganando adeptos, hasta alcanzar los 30.830 de los que disponía el 17 de febrero, según las cifras proporcionadas ayer por el Ayuntamiento de Madrid. El servicio de alquiler de bicicletas de Barcelona (Bicing), que se inauguró en marzo de 2007, tiene actualmente 96.252 abonados. La capital catalana tiene 1.611.822 habitantes, frente a los 3.215.633 de Madrid.

En Barcelona, el servicio se inauguró con 14 estaciones y 200 bicicletas. En dos meses ya contaba con 20.000 usuarios.

BiciMad tiene ahora 1.560 bicicletas eléctricas (Barcelona anunció el año pasado que ofrecería vehículos motorizados dentro de su servicio municipal), distribuidas en 123 estaciones. Una vez finalice la ampliación, dispondrá de 165 estaciones y 2.028 bicicletas (alrededor de un tercio más, en ambos casos).

La capital catalana tiene 420 estaciones y 6.000 bicicletas (según sus cifras públicas de diciembre de 2014). En cuanto a tarifas, el abono anual en Madrid cuesta 25 euros (15 euros si el usuario dispone de abono del Consorcio Regional de Transportes), frente a los 47 euros de Barcelona.

Allí, sin embargo, los 30 primeros minutos de viaje son gratuitos; el resto cuesta 0,74 euros cada 30 minutos hasta las dos horas; a partir de entonces se “penaliza” el uso añadido con 4,49 euros por cada hora adicional.

En Madrid, los primeros 30 minutos cuestan 0,50 euros, y a partir de ahí son 0,60 euros por cada 30 minutos. La “penalización” a partir de las dos horas supone cuatro euros por cada hora adicional.

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