Bancaja echa a Izquierdo en medio de un nuevo escándalo en torno a Olivas

La Fundación Bancaja, heredera de la antigua caja de ahorros valenciana, tramita la salida de su director financiero, Aurelio Izquierdo, que ocupa el cargo desde febrero de 2012, cuando fue nombrado por el entonces presidente de Bancaja y antiguo jefe del Consell José Luis Olivas. Tanto Olivas como Izquierdo están imputados en la Audiencia Nacional por haber contribuido, supuestamente, a crear los agujeros millonarios que llevaron a la quiebra del Banco de Valencia y de Bankia, la entidad en la que la se integró Bancaja. Ambos niegan las acusaciones.

El último escándalo que les afecta es un pelotazo aparentemente irregular que dos empresarios, Juan Ferri y José Baldo, lograron al vender una finca mexicana a una sociedad participada por el Grupo Bancaja por 125 millones. Los empresarios habían adquirido los terrenos semanas antes por 49 millones. Ferri y Baldó habrían invitado a Olivas e Izquierdo a Cuba en un jet privado, según la documentación que obra en la investigación de la Audiencia Nacional.

Izquierdo declaró este miércoles como imputado ante el juez Santiago Pedraz, además, por otra operación inmobiliaria presuntamente irregular. En ella, según el fondo de rescate bancario (FROB), el promotor inmobiliario Ramón Salvador recibió “delictivamente financiación” del Banco de Valencia para iniciativas que carecían de lógica económica, y que causaron “un perjuicio mínimo de 120 millones de euros” a la entidad. Izquierdo afirmó que él no tomó decisiones al respecto.

La salida de Izquierdo de la Fundación Bancaja, que se hará efectiva en los próximos días, se aprobó hace un mes “en el contexto de una reorganización de la directiva” y “en línea con el plan estratégico” aprobado en enero, según una portavoz de la entidad que conserva el patrimonio inmobiliario, artístico y el Monte de Piedad de la antigua caja.

El relevo de Izquierdo fue aprobado por unanimidad en un patronato en el que se sientan vocales de distinta procedencia profesional y sensibilidades políticas diversas. Según fuentes del mismo, el directivo “incomodaba” y su salida se daba por hecha desde hacía tiempo, aunque se ha demorado por el itinerario legal que ha recorrido Bancaja para pasar de ser jurídicamente una caja hasta convertirse en fundación.

La incomodidad que provocaba Izquierdo, según las mismas fuentes, era doble. Por una parte, está acusado de haber contribuido a la desaparición de las dos grandes entidades financieras locales, como ex director general de Bancaja y expresidente del Banco de Valencia. Y por otra, su salario asciende a 150.000 euros al año cuando el presupuesto de la fundación es de 3,4 millones de euros. Izquierdo ya generó polémica al saberse que tenía derecho a 7,6 millones de indemnización en Bancaja.

Su despido coincide con la desaparición del cargo que ocupa, que se fusiona con el de gerente. Antonio Vidal tomó posesión del mismo la semana pasada. Vidal tiene, como Izquierdo, un perfil financiero que fuentes de la entidad consideran necesario. La fundación dispone de un patrimonio de 150 millones de euros. Y 90 millones es dinero que debe invertir para mantener su actividad, centrada en “utilizar la cultura para la acción social”.