¿Qué es la autenticidad?
¿Cuál es la originalidad del arte en la era de la reproducibilidad técnica, que diría Walter Benjamin?
Coleccionar videoarte tiene su aquel. No es este un cachivache que se guarde en un almacén, como una pintura, una escultura o una instalación, sino un intangible que se almacena en memorias informáticas. Este tipo de manifestación artística, que va entrando cada vez más en las colecciones privadas e incluso iniciando algunas de ellas, también presenta su intríngulis filosófico: se puede reproducir de forma ilimitada, así que ¿cuál es el original y cuál la copia? ¿Qué es la autenticidad? ¿Cuál es la originalidad del arte en la era de la reproducibilidad técnica, que diría Walter Benjamin? ¿Por qué un coleccionista pagaría una elevada suma por algo que se puede ver gratis en YouTube?
Sobre estas cuestiones podríamos reflexionar al ver la exposición Video-Régimen. Coleccionistas en la era audiovisual, en el museo Lázaro Galdiano. Comisariada por Carles Guerra en colaboración con el colectivo barcelonés LOOP, la muestra infiltra entre la añeja colección de Lázaro obras de videoarte de artistas como Allan Sekula, Francis Alÿs, Paul McCarthy, Ignasi Aballí o Bruce Nauman, procedentes de colecciones como las de Alicia Aza, Han Nefkens, Enrique Ordóñez, Carlos Rosón o Estefanía Meana.
La exposición, que se puede visitar hasta el día 11 de mayo, incluye una colección de entrevistas con los coleccionistas, en vídeo, cómo no, y durante los próximos meses se celebrarán en el museo unas jornadas en torno al videoarte. Además, para seguir con el asunto audiovisual, los martes y miércoles hasta el día 25 se pueden ver en La Casa Encendida tres documentales de Isabel María que giran en torno a los procesos creativos del vídeo artista Bill Viola y los cineastas Agnès Varda y Alan Berliner.
Y en cuestión de fotografía, hoy se inaugura la exposición A donde la luz me lleve, de Ouka Leele y comisariada por Manuel Romero. Se trata de un paseo por Asturias (el mundo rural, el verde eléctrico, las rocas de la costa, las brumas y los faros) patrocinado por la Fundación María Cristina Masaveu Peteson, un proyecto de mecenazgo que ya llevó a tierras norteñas a otros fotógrafos como García Alix o Ballester. Se puede ver en el Centro Cultural Conde Duque hasta el día 20 de abril.
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