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¡Viva la Bundesliga!

La competición alemana, organizada al detalle y aliñada por aficiones entregadas, explota en goles y espectáculo

Jordi Quixano
Bas Dost festeja uno de sus goles cerca de la hinchada.
Bas Dost festeja uno de sus goles cerca de la hinchada.D. Grombkowski (Getty)

La organización es sensacional, las entradas son de lo más asequibles, los estadios son mantas de colores envueltas en cánticos, hay fútbol de altos quilates en algún que otro duelo y encima este fin de semana se dio una explosión de goles con el triunfo del Bayern al Hamburgo (8-0), del Wolfsburgo al Leverkusen (4-5), del Dortmund al Mainz (4-2) y del Bremen al Augsburgo (3-2). Aunque le falta tirón mediático, un producto más internacional y dinero televisivo como el que recibe la Premier para dar el salto definitivo, la Bundesliga ya no es el pasado, sino que tiene presente y futuro, toda vez que ya adelantó en el ranking por coeficiente a Italia –lo que entrega más plazas europeas- al tiempo que se gana adeptos del planeta a cada semana. ¡Viva la Bundesliga!

Diego Rodríguez (portero de Independiente; 25 años). Le costó ganarse el puesto porque por delante tenía en los años anteriores a porteros reputados. Pero era un buen arquero de La Piponeta –como se conoce al filial de Independiente- y cuando el equipo jugó en la B (Segunda) se puso bajo los palos para no moverse más. Bueno, sí se mueve, sobre todo cuando hay un penalti a favor. Como este fin de semana en la fecha inaugural del remodelado torneo argentino. Chutó con la zurda y marcó el gol de la victoria (3-2).

Gebre Selassie (lateral del Werder Bremen; 28 años). El futbolista, de raíces etíopes y con nacionalidad de la República Checa, siempre ha luchado contra el racismo porque incluso en su selección le criticaron por ser el primer negro en vestir la zamarra. Aunque al final, como en la Eurocopa 2012, se llevó más aplausos que otra cosa por su facilidad para desdoblar por la banda derecha y surtir de centros. Como hace ahora. Lesionado al inicio del curso, ya se ha asentado en la retaguardia y frente al Augsburgo (3-2) regaló un tanto e hizo otro.

Smalling (defensa del Manchester United; 25 años). Discutido por norma porque es un futbolista más físico que técnico, porque acumula pifias de renombre y porque no puede competir con predecesores suyos como Vidic y Ferdinand, Smalling tuvo su noche el otro día –duelo de entresemana- ante el Burnley (2-0), cuando materializó dos goles. Ambos a la salida de un córner: el primero después de una reorientación de Falcao; y el segundo, tras un saque de esquina en corto después colgado al segundo palo. Parece que con Van Gaal todo le resulta más fácil. Buena noticia para el United, necesitado como anda.

Ashley Cole (lateral del Roma; 34 años). Ya no es ese carrilero que profundizaba y centraba balones a mansalva, pero le alcanza con su experiencia y colocación para no perder la posición ni demasiados envites con los extremos rivales. Y frente al Parma (0-0) –colista de la Serie A- fue de lo poco de su equipo que se salvó. Más que nada porque pisó el área rival en varias ocasiones y disfrutó de dos oportunidades claras. Pero sus remates fueron torcidos.

Son Heung-Min (extremo del Leverkusen; 22 años). El coreano se ha ganado un nombre propio en la Bundesliga por su fútbol y no por su cohorte de seguidores –periodistas o aficionados que acuden al estadio-, rápido en la conducción, inmune al desaliento y oportunista en el remate. En la derrota ante el Wolfsburgo (4-5) hizo un espléndido hat-trick, aunque el primer tanto debieron anulárselo por falta al portero. Los otros dos, sin embargo, son excepcionales por su ejecución. Ocho goles y dos asistencias en 18 encuentros; unas cifras bien expresivas.

Guarín (medio del Inter; 28 años). Hacía tiempo que no se veía al centrocampista tan cómodo sobre el césped. Si bien hace unas semanas la afición le devolvió su camiseta en desaprobación por cómo llevaba el Inter el curso, ahora parece haber entrado en combustión y hace recordar al jugador que deslumbró con Boca, se asentó en el Saint Etienne y se encumbró con el Oporto. Al menos en los dos últimos partidos, donde contabiliza tres goles y una asistencia. Ante el Atalanta (1-4), hizo dos gracias a sendos zapatazos.

Götze (medio del Bayern; 22 años). Llevaba ocho encuentros sin ver la portería, un tanto desbravado como el resto del equipo que, sin embargo, mantiene una cómoda distancia de ocho puntos sobre el Wolfsburgo, segundo clasificado. Pero en la sonrojante paliza sobre el Hamburgo (8-0), el pequeño medio recuperó su baile con el balón atado a las botas, además de la puntería al hacer dos goles que pudieron ser cuatro. Con regate, llegada, pase y disparo, pocos pueden equiparársele si está en forma.

Salah (extremo del Fiorentina; 22 años). Con 20 minutos en tres partidos, el atacante de Egipto parecía condenado a un año de ostracismo infligido por Mourinho. Pero el Chelsea se hizo con el fichaje de Cuadrado y Salah entró en la operación, cedido a la Fiore. En el primer partido jugó 25 minutos y en este último frente al Sassuolo (1-3) partió de inicio. Y dio todo un recital con sus quiebro, velocidad y remate, casi siempre resuelto con su zurda preciosista. Marcó un tanto y dio otro. Todo un descubrimiento para la Serie A.

Robben (extremo del Bayern de Múnich; 31 años). Cuenta Guardiola que al llegar al Bayern uno de sus miedos era no saber conectar con Robben, futbolista tildado de díscolo y egocéntrico, poco dado al trabajo. Ocurrió, sin embargo, que se encontró con un deportista que vivía por y para el fútbol, hasta el punto que en ocasiones, acabado el entrenamiento, le dice que deje de chutar. Un matrimonio que funciona de maravilla, sobre todo porque el holandés ya fue definitivo en el año anterior y porque ahora sus números vuelven a asustar: lleva 11 goles en los últimos 12 encuentros. Al Hamburgo, claro, le hizo dos.

Bas Dost (delantero del Wolfsburgo; 25 años). Hasta la jornada 15 el ariete era un adorno del banquillo o de la grada porque sólo sumó 37 minutos sobre el césped. Su sitio lo ocupaba Olic, que se quedó en los cinco goles. Desplazado a tiempo por Bas Dost, el croata decidió irse al Hamburgo en este mercado invernal. Y el holandés, que se ganó las habichuelas en el Emmen, Heracles y Heerenveen, ha explotado porque suma ocho goles en los últimos cinco partidos. Cuatro de ellos los hizo en el triunfo ante el Leverkusen (4-5). Dianas de todos los colores.

Reus (extremo del Borussia Dortmund; 25 años). La semana pasada firmó la renovación de su contrato hasta 2019, pero no se puso una cláusula de rescisión porque así tendrá más facilidades para marcharse. Pretendido por más de medio planeta, el habilidoso extremo se está poniendo a punto con los minutos. Resulta que sus sucesivas lesiones de rodilla le apartaron del fútbol y pusieron en entredicho su futuro. Pero Reus es mucho Reus y ya contabiliza dos semanas seguidas festejando un gol. El último al Mainz (4-2).

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