El Consell da marcha atrás en la liberalización horaria en festivos
El borrador de la Generalitat enmienda la regulación de Barberá en Valencia
La Generalitat dio ayer un paso adelante en la regulación de la apertura comercial en festivos con la presentación a los actores del sector de una propuesta que establece en qué circunstancias podrán abrir los establecimientos. El borrador del consejero Máximo Buch supuso, al mismo tiempo, un paso atrás respecto a la gran liberalización anunciada hace año y medio por el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, al establecer restricciones a las aperturas en domingos y otros festivos, lo que disgustó a las grandes superficies representadas por el lobby Anged y agradó al pequeño comercio y a la influyente asociación de supermercados, Asucova. La propuesta de la Consejería de Economía enmienda, por otra parte, la regulación aprobada por la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, contra la que ya ha fallado la justicia.
La regulación de la libertad horaria se basa en las llamadas zonas de “gran afluencia turística”, un concepto general que la Generalitat ha concretado ahora con el uso de distintos criterios, como el número de plazas hoteleras por cada 100 habitantes y el de segundas residencias. Valencia fue una de las ciudades declaradas turísticas directamente por el Gobierno en 2012. Y el Ayuntamiento decretó la libertad horaria en amplias zonas. Pero lo hizo sin utilizar unos criterios generales aplicables a toda la ciudad, lo que le ha valido una sentencia contraria en un proceso por discriminación instado por Media Markt.
Ruta accidentada
Anuncio de liberalización. El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, anunció su intención de "permitir la libertad de horarios comerciales en todo el territorio" en el debate de política general de septiembre de 2013.
Paralización. El anuncio irritó al pequeño comercio y tampoco agradó a los supermercados. El Consell congeló la medida. Ayer se retomó con una propuesta oficial que rebaja su alcance y a la que el sector debe responder esta semana.
Próxima legislatura. Economía prefiere regular la norma con una ley, lo que dejaría la cuestión para la próxima legislatura. Actores del sector se inclinan por implantarla ya mediante decreto, evitando así la posibilidad de nuevos vaivenes si hay un cambio de Gobierno en la Generalitat.
Un portavoz de Economía afirmó ayer que la regulación que prepara su departamento no se dirige a Valencia porque ésta se halla bajo el paraguas de la ley estatal. Fuentes que asistieron a la reunión que Buch mantuvo ayer con el sector consideran, sin embargo, que en la práctica la propuesta de la Generalitat mina la regulación de Barberá al fijar elementos objetivos para definir qué zonas pueden considerarse de afluencia turística. Y que ello obligará al Ayuntamiento a “recular parcialmente” en su regulación o, como adelantó ayer Buch, a declarar la libertad horaria en todo el municipio para evitar nuevas condenas por discriminación. Una opción que le pondría en contra al numeroso colectivo de pequeños comerciantes que ya protestó por su anterior y limitada liberalización de horarios.
El borrador de Economía recoge las condiciones establecidas por el Gobierno y las concretas. Si, por ejemplo, la “celebración de grandes eventos deportivos” es un criterio para que una zona pueda abrir en festivos, la propuesta limita esa libertad a las horas o a la jornada en que tiene lugar la competición. Así, la zona del barrio de Orriols donde se alza el campo del Levante, en Valencia, solo podría abrir el día que hay partido, o unas horas antes y después.
Según fuentes del sector ello clarificará la situación y evitaría que circunstancias puntuales se utilicen “para justificar la apertura todo el año”. El mismo tipo de límites temporales se establecerán para los municipios que son turísticos en verano, pero no el resto del año. Podrá abrirse en festivos, por ejemplo, en aquellas poblaciones en el que un 20% de sus viviendas sean segundas residencias, pero solo en los periodos en que son efectivamente utilizadas. Para determinar la abundancia de segundas residencias se utilizará como referencia el consumo de agua, comprobando, que en verano se gasta más que en invierno.
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