“En confianza: ¿hay algo que deba saber?”
Villalabeitia conoció el pago a Cabieces al ordenar un rastreo de la gestión de su antecesor Entregado a Sagredo, margina a directivos de la etapa anterior
“En confianza y entre nosotros: ¿hay algún tema o alguna gestión interna que deba conocer?”. Gregorio Villalabeitia abordó así a Fernando López de Eguilaz, director de Recursos Humanos de Kutxabank, después de disfrutar de diez días para resolver asuntos personales en Madrid tras su toma de posesión como presidente del banco vasco. López de Eguilaz, una de las dos personas más cercanas a Mario Fernández junto a Ignacio Sánchez Asiain, aceptó el tono de confianza de la proposición para detallarle la existencia desde marzo de 2012 de un pago mensual de 6.000 euros a Mikel Cabieces, exdelegado del Gobierno en Euskadi, ordenado por el entonces presidente de la entidad. Esta versión, recabada ayer de fuentes de Kutxabank, sitúa la información en un modo oral, mientras otros medios próximos al consejo de administración de la entidad aseguraron el pasado miércoles que López de Eguilaz lo había detallado por escrito.
“No es habitual que Eguilaz diga ese tipo de cosas por escrito”, subrayaron desde el entorno del banco. Pero más allá del método empleado, en realidad se asistía por parte de Villalabeitia a un “decidido rastreo” sobre la gestión de su predecesor. “Se quería ir a por él [FERNÁNDEZ]y eso lo sabe toda la estructura directiva”, donde, a su vez, se ha instalado un clima de “desconfianza” porque la nueva presidencia ha dispuesto una auditoria de todos los departamentos clave, según estas fuentes. De momento, Villalabeitia no se ha reunido aún con el staff directivo alimentando así la incertidumbre a la que contribuye una pésima comunicación interna.
Con el dato sobre el pago a Cabieces en su poder, Villalabeitia lo trasladó al consejo de administración del 26 de diciembre sin paso previo por la comisión ejecutiva. Y precisamente al quedar consignada en acta del consejo la existencia de la irregularidad, pasaba a ser conocida de manera oficial por el Banco de España. La bola empezaba a rodar. ¿Interesadamente o por simple equivocación?
Ningún consejero mostró curiosidad alguna por el alcance de la irregularidad desvelada por Villalabeitia, pero en más de dos despachos de Kutxabank “ya estaba circulando el tema”. Trabajadores de la entidad reconocen que “todavía no se ha acabado con la sensación de rumor permanente sobre si va a volver a saltar otra irregularidad”.
El Banco de España conoció la irregularidad por el acta del consejo de Kutxabank
Pero para entonces, el intrépido paso adelante de Villalabeitia dentro de su implacable marcaje a la gestión de Fernández no sorprende en BBK, el accionista mayoritario de Kutxabank, y en concreto a su presidente, Xabier Sagredo. A excepción del EBB, todas las fuentes consultadas dentro y fuera del banco vasco coinciden en atribuir una afinidad nunca declarada entre Sagredo y Villalabeitia “para buscar las cosquillas a Mario Fernández”. Incluso, una voz financiera de reconocida autoridad y trayectoria admitió el viernes que “los dos han querido dar una pullita a Mario y al final el tema se les ha ido de las manos”.
Para que no hubiera equívocos sobre el nuevo centro de poder en la entidad a partir de la inesperada renuncia de Fernández como presidente de Kutxabank, Sagredo fue el encargado de presentar a Villalabeitia como el sustituto elegido y formando de paso una imagen de sonrisas forzadas difíciles de olvidar.
Sagredo llegó en noviembre de 2013 a la presidencia de BBK con el máximo respaldo del PNV donde había ocupado cargos internos en la poderosa organización vizcaína, pero sin agradar a Mario Fernández porque “jamás” le tuvo entre sus candidatos. “Éste”, despectiva referencia utilizada con aviesa intención por Fernández para aludir a Sagredo ha sido consciente siempre de esta desconsideración profesional. Su nulo entendimiento, sostenido sobre criterios bancarios y conocimientos profesionales bien distintos, ha propiciado episodios de profunda hilaridad como recuerdan algunos directivos y trabajadores de BBK y Kutxabank.
Los encontronazos entre ambos no tardaron en llegar. Tras el relevo en la presidencia de BBK, Sagredo exigió disponer de la misma dirección de correo electrónico que su antecesor había dispuesto. Desde el departamento de Informática de la entidad se le explicó los inconvenientes que provocaría este cambio habida cuenta de que representaba la identificación interna y externa de Mario Fernández (presidencia@bbk.es). No fue suficiente la explicación porque Sagredo mantuvo activa su reclamación sobre la justa reivindicación de que “soy el nuevo presidente de BBK”. Al final, los servicios informáticos habilitaron una solución intermedia para que no hubiera vencedores ni vencidos.
Sagredo mantuvo malas relaciones con Fernández y Villalabeitia lo sabía
Fernández, dotado de un orgullo y suficiencia que nunca niega cuando se le atribuye, tampoco hizo esfuerzo alguno para acercar posiciones y así en más de una ocasión carecía de escrúpulos para evidenciar en público que disponía de una preparación más cualificada que Sagredo. Ya entonces, el presidente de Kutxabank era conocedor de las quejas procedentes de algún despacho de BBK que cuestionaba “cómo Mario Fernández disponía de chófer y Sagredo, no”.
Villalabeitia, claro, conoce el alcance de esta desafección. Desde el primer día, además, el nuevo presidente “ha asumido quién es el socio mayoritario de Kutxabank y quién es el que manda”, admiten en el interior del banco vasco. Con Fernández, jamás se conoció semejante situación. “Nunca le toleraba una a Sagredo”, recuerdan quienes han vivido este mandato.
Y, por supuesto, Villalabeitia también ha sido informado de las personas que dispusieron de la máxima confianza de su antecesor, Ignacio Sánchez Asiain y López de Eguilaz. Ahora mismo, el bilbaíno Sánchez Asiain, que llegó a BBK de la mano de Xabier de Irala, “no sale de su despacho”. Con el cargo de director general del área de Negocio, “no cuenta” para el nuevo presidente en una imagen que no pasa desapercibida en el banco.
Por todo lo anterior, cobra especial fuerza la hipótesis de que el presidente de BBK no haya podido estar ausente en la arriesgada decisión de Villalabeitia de airear la irregularidad cometida por su antecesor. “Sagredo sabía de la mala relación que se estaba produciendo entre Mario Fernández y el PNV y debió creer que no estaría mal darle un toque”, afirma una de las personas de presencia diaria por la zona de alta dirección del banco.
El PNV, en cambio, no cree espíritu vengativo alguno de Sagredo y, además, “no le consta”. Así lo han ido reconociendo sus principales burukides en conversaciones informales y muy frecuentes durante los nueve últimos días, en medio de una reconocida desazón por las repercusiones políticas de un tema “desagradable”. Calificados miembros de la dirección del EBB aseguran a su entorno más próximo que se enteraron “de la movida” minutos antes de dirigirse al estadio de San Mamés para presenciar el partido de Copa del Athletic, justo un día antes de que Kutxabank emitiera un comunicado sobre la irregularidad atribuida a Fernández y que el PSE admitiera la petición de baja como afiliado de Cabieces.
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