¡Del dibujo al más allá!

Buzz Lightyear no dice aquello de “Hasta el infinito y más allá” y el sheriff Woody no te suelta “que hay de nuevo, amigo”. Pero casi, por lo menos no cuesta nada imaginarlo al ver los prototipos en forma de esculturas de arcilla o los primeros bocetos de esos personajes de la trilogía Toy Story en la exposición Pixar 25 años de animación. Una muestra, en Caixafórum hasta el 3 de mayo, que explica precisamente el proceso de creación y producción de la firma, padre de la animación íntegramente por ordenador.

Con bastantes curiosidades, como los primeros bocetos del sheriff Woody con cierto aire picassiano —con unos ojos muy separados en una cara angulosa—, que fue finalmente desestimado hasta lograr una cara con rasgos más suaves y acordes con un personaje que es el juguete preferido en Toy Story. O el detalle de la moldura de Rémy, la rata que huye de las alcantarillas de Paris convencida de tener alma de gran chef y personaje central de Ratatouille, otro de las populares películas de Pixar. O el proceso de dibujo de los ojos de cada uno de los coches que intervienen en Cars.

El primer boceto

La primera etapa fue con el nombre comercial de Lucasfilm en 1979, donde desarrollaron el sistema para renderizar una escena. Las posibilidades del cine animado digitalmente tomaron altura a partir de 1984 con el fichaje de John Lasseter, un creativo formado en la factoría Disney y, poco después, cuando Steve Jobs compró parte de Lucasfilm y creó propiamente Pixar. De esa época es el primer cortometraje, El sueño de Red, a los que han seguido películas tan populares y ganadoras de decenas de premios como la trilogía Toy Story (la primera fue en 1995) Monsters (2001), Buscando a Nemo(2003), Los invencibles (2004), Cars (2006) y Ratatouille en 2007, entre otras.

“Es un trabajo largo y complejo, mucho más de lo que parece en el resultado de las películas”, explicaba Elyse Klaidman, directora de Pixar University y comisaria de una muestra que tiene un largo recorrido desde que se exhibiera por primera vez en el MoMA de Nueva York en 2005. La exposición da una idea del proceso creativo que tiene tres ejes: personajes, mundo e historia. Y un inicio que siempre pasa por el dibujo: “Los ordenadores no crean la animación por ordenador, del mismo modo que un lápiz no crea la animación a lápiz. El que crea la animación por ordenador es el artista”, es una de las máximas de Lasseter, el director creativo de Pixar que trabaja en un despacho tomado por decenas de sus criaturas. En Pixar están convencidos de que la animación tridimensional todavía puede desarrollarse más. Pero, de momento, el proceso de creación se inicia con las ideas que se plasman en decenas de dibujos — que luego se reproducen en esculturas de arcilla— y que son las que arman el guión, después el storyboard en blanco y negro, su plasmación en digital, la introducción del color, el diseño de los personajes, decorados, la realización de maquetas y el sonido.

Caixaforum muestra

Las películas son de animación pero recrean espacios y escenarios que existen. Un proceso previo que hace el equipo de investigadores de Pixar que a veces recorren lugares agradables, como los restaurantes de lujo de Paris para Ratatouille , o las montañas rocosas del sudoeste americano que rodean las carreras de Cars o entornos menos apetecibles, como los vertederos que ambientan a Wall.e.

La exposición comprende 402 piezas entre dibujos, maquetas, videos e instalaciones y el visitante puede verse envuelto en el Arstcape, una experiencia audiovisual que permite entender el proceso del dibujo hecho a mano hasta el resultado final. Y un curioso Zoótropo, el centenario aparato (1867) que daba la sensación de movimiento y animación al hacer girar rápidamente una secuencia de imágenes fijas dentro de un cilindro. En el Zoótropo de Pixar los que giran son los personajes de Toy Story con el sheriff Woody montando su caballo y demás amigos.