Una “pareja perfecta”
El marido convivió varios días con el cadáver de la víctima
El perfil en Facebook de Arnold B. se paró un 12 de febrero de 2013, dos años después que el de Gisela S-R. En aquel momento ya estaban casados, aunque se se tenían agregados sólo como amigos. Tal vez aún no habían decidido aventurarse en el sueño español: un retiro dorado junto al mar Mediterráneo para pasar el resto de su vida bajo el sol.
Al menos así lo fue para Gisela, la ciudadana alemana de 69 años que fue hallada muerta en su vivienda de una zona residencial de Orba, presuntamente asesinada por su pareja. Arnold, de 53 años, lo confesó todo en la comisaría del aeropuerto alemán en donde aterrizó tras conducir desde Orba hasta Alicante para coger el primer avión abandonando en su hogar el cuerpo inerte de su mujer.
La madrugada del lunes, la Guardia Civil descubrió el cadáver en la vivienda, tras recibir una orden de Interpol desde el país germano, alertada por la policía aeroportuaria, que había procedido a su detención de forma inmediata. El hombre acababa de confesar, pero el asesinato se había producido días atrás.
Una vecina presenció una extraña escena el viernes pasado, cuando el empleado de una empresa constructora local estuvo llamando insistentemente a la puerta de la pareja alemana para realizar un trabajo que le había sido encomendado previamente. Tras unos minutos sin respuesta, pese a que había luces en las ventanas, Arnold entreabrió la puerta e intercambiaron unas palabras. No le dejó pasar y el obrero se marchó.
Presumiblemente, Gisela ya estaba muerta. Arnold convivió con el cadáver de su mujer tres días más hasta que el domingo decidió abandonarla y cogió un avión hasta su país. La Guardia Civil halló su coche aparcado en el aeropuerto de Alicante-Elche, con las llaves de la casa en su interior, según confesó a la policía germana. Los vecinos no escucharon nada extraño, pero sí vieron día y noche luces en la casa y las persianas bajadas.
La pareja llevaba viviendo tan sólo un año en la urbanización El Capsó de Orba, un pueblo del interior en la Marina Alta. Nada más llegar, invitaron a algunos vecinos a una fiesta en su casa para darse a conocer. De mayoría británica, los residentes de la zona poco más conocían de Gisela y Arnold.
Como siempre se acostumbra a decir en estos casos y, especialmente en los de violencia de género, “parecían la pareja perfecta”, comentaba Wen, la vecina de enfrente. Esta ciudadana británica recordaba que, los viernes, Gisela solía ir al club de pintura de Benidoleig, una afición que también practicaba en Colonia, la ciudad de la que ambos procedían.
Cómo se conocieron y llegaron a decidir venir a España es algo por determinar, especialmente en una pareja con una notable diferencia de edad, ya que a Arnold le quedaban por delante más de diez años de edad laboral. Lo que sí ha quedado patente es que ambos compartían gustos musicales, como el grupo alemán de música romantica Dat Kölsche Rattepack.
Gisela había estudiado Matemáticas y Bellas Artes en la Universidad de Pädagogische Hochschule Neuss. Aficionada al fútbol y fan del equipo de su ciudad, el Colone, Gisela se casó con Arnold el 14 de marzo de 2010. Durante un año, su página de Facebook se llenó de corazones y pastelitos. También el de Arnold…
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