La Generalitat no mejorará el sistema antiniebla de Alguaire

La niebla que se origina en situaciones anticiclónicas como la de las últimas semanas es un lastre para el buen funcionamiento del aeropuerto de Lleida-Alguaire, construido y gestionado en exclusiva por la Generalitat de Cataluña. La falta de visibilidad obliga cada invierno a desviar vuelos a otros aeropuertos y el Gobierno catalán no quiere de momento invertir los siete millones de euros que costaría mejorar el sistema antiniebla de la instalación.

La frecuencia de los episodios de intensa niebla es una circunstancia que ya era bien conocida por los técnicos cuando decidieron ubicar el aeropuerto en el altiplano de Alguaire. Pero ello no se consideró un obstáculo insalvable para la operatividad del aeródromo, ya que los estudios realizados solo preveían dos o tres días conflictivos para los vuelos por falta de visibilidad.

La niebla ha sido cada invierno una incidencia destacada en el aeropuerto leridano, donde desde su inauguración, en enero de 2010, se han tenido que desviar 38 vuelos en doce días debido a que la escasa visibilidad impedía la maniobra de aterrizaje y despegue de los aviones.

Las últimas incidencias (siete vuelos desviados el pasado fin de semana a El Prat y Reus), han llevado al Ayuntamiento de Lleida, la Diputación Provincial y la Cámara de Comercio a reclamar soluciones para un problema recurrente que perjudica la imagen del aeropuerto. El Gobierno catalán, sin embargo, descarta invertir en la mejora del sistema antiniebla.

El aeropuerto de Alguaire dispone de un sistema de aterrizaje instrumental ILS de categoría uno que permite a los aviones operar en situaciones de poca visibilidad, pero no en los días en los que la niebla es más intensa. El Ejecutivo catalán aduce varias razones para negarse a mejorar las prestaciones del actual sistema antiniebla, fundamentalmente porque el poco tráfico de aviones concentrado en los fines de semana y los pocos días de niebla al año no justifican una inversión de siete  millones de euros.

Fuentes del Departamento de Territorio y Sostenibilidad señalan que mejorar el sistema “tampoco evitaría tener que desviar algunos vuelos en casos de niebla muy densa”. Los responsables del aeropuerto leridano afirman que 12 días con incidencias de niebla en cinco años no es un hecho excepcional, sino algo que entra dentro de la normalidad y de las previsiones. “Otros aeropuertos importantes del mundo también tienen problemas con la niebla y se ven obligados a desviar vuelos”.

Actualmente operan en Alguaire tres compañías: la del turoperador británico Thomas Cook, que trae esquiadores de esa nacionalidad al Pirineo, principalmente a estaciones de Andorra; la israelí Arkia y la española Air Nostrum, que vuela a Palma de Mallorca. El desvío de vuelos por la niebla es un lastre porque en invierno es cuando el tráfico es más intenso. A la Generalitat un fin de semana sin vuelos le supone unas pérdidas de unos 10.000 euros, las correspondientes a las tasas aeroportuarias que deja de ingresar.