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O Mulo se niega a declarar ante el juez, que lo envía a prisión sin fianza

Dos detenidos más por el alijo de 1,5 toneladas de cocaína

El presunto narcotraficante de Cambados Rafael Bugallo Piñeiro, alias Felo O Mulo, ingresó ayer en la prisión pontevedresa de A Lama como máximo responsable del transporte de un cargamento de cocaína que, a la espera del pesaje oficial en tierra, podría alcanzar la tonelada y media de esta sustancia y cuya entrada en Galicia frustró la policía, en la madrugada del pasado martes, en alta mar. Al igual que la mayoría de los siete primeros detenidos en tierra durante la redada policial como integrantes de la organización de O Mulo —cuyo número se elevó ayer a nueve— Bugallo se negó a prestar declaración ante el juzgado de Cambados que coordinó el operativo y el fiscal antidroga de Pontevedra, que pidió la prisión sin fianza para todos ellos.

 Felo O Mulo, de 55 años, un veterano piloto de planeadoras con un extenso historial en el tráfico de drogas y abundantes antecedentes penales, se encontraba en libertad provisional por su implicación en la introducción en 2008 por la ría de Arousa de otro cargamento de casi cuatro toneladas de cocaína que fue arrojado por la borda de una lanzadera para esquivar el acoso de las fuerzas de seguridad. La embarcación fue quemada por la tripulación antes de huir de la policía en la playa de A Lanzada, en el municipio de O Grove. A la espera de la resolución de varios recursos interpuestos por la defensa de Bugallo Piñeiro ante la Audiencia Provincial de Pontevedra, solo estaba pendiente que el fiscal, Luis Uriarte, presentase su escrito de acusación en el que prevé solicitar una condena para él de más de 10 años de prisión. Por esta causa, Bugallo había logrado la excarcelación al superar los cuatro años de prisión preventiva, según confirmaron fuentes judiciales.

El lanchero convertido en capo ya había cumplido una condena en Portugal a finales de los años noventa. Fue detenido por la Policía Judiciaria lusa junto a otros cuatro arousanos cuando intentaban transportar en tres vehículos un alijo de más de 1.000 kilos de cocaína para su distribución en Galicia.

La desarticulación de la banda de O Mulo fue posible después de que el pesquero de bandera venezolana Coral I, con 49 fardos de cocaína a bordo, fuese apresado por agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera al oeste del archipiélago africano de Cabo Verde, a una distancia mucho mayor de lo que normalmente son asaltados los narcobuques en su travesía por el Atlántico. De hecho, la organización de Bugallo esperaba el cargamento al menos para dos días después de que le diera caza el buque Petrel de Aduanas, por lo que la redada cogió a toda la banda por sorpresa y abortó el desembarco de la droga.

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